domingo, 5 de abril de 2009

De la humildad y el talento mediático de las estrellas


Llamado al orden por Lolo, uno de los tres lectores asiduos que tengo, debo actualizar un poco esta página de inquietudes con una nueva pregunta retórica: ¿Por qué nos lo creemos tanto en Europa? Me llamó mucho la atención que Magic Johnson estuviera animando el sábado por la noche a Michigan State en la Final Four de la NCAA como un fan más (eso sí, desde un asiento privilegiado). Es todo un ejemplo para las estrellas de ahora. Pero es que Dwight Howard también es un tipo cercano. Y Bobby Knight es capaz de salir en calzoncillos en un anuncio de 'Guitar Heroes'. Y si recordamos A Shaquille bailando con la máscara, entonces ya hay que mamar.


En Europa vemos demasiadas cabezas gachas, demasiados enfados, egos, dimes y diretes. La calidad no está reñida con la humildad y con el talento mediático. ¿Os imagináis a Raúl González yendo a la final de la Liga de fútbol de su instituto (no creo que ese narigón haya ido a la facultad)? Si Magic es el más grande, lo es por estas pequeñas cosas. Igual que Jordan, que baja al banquillo de los Bobcats para animar a sus jugadores de vez en cuando. ¡Eso aquí es impensable! ¿Os imagináis a Mijatovic en el banquillo al ladito de Guti durante un partido?


Quizá Jesús Quintero tenga razón cuando dice que palabras como 'respeto', 'honestidad', solidaridad' y 'humildad' están en desuso actualmente. Ahora los clubes de fútbol crean fundaciones para ayudar al Tercer Mundo, pero sus estrellas siguen firmando autógrafos con mala cara. Me contaba una amiga de Juanma cuando estuve en Madrid recientemente, que fue a ver un Miami Heat-Orlando Magic y que, mientras esperaba el autobús, un cochazo paró delante suyo, en un semáforo. Era Shaquille O' Neal, que bajó la ventanilla ante la mirada atónita de unos 20 aficionados y les dio las gracias por haberle animado y por haber ido al partido... 'Only in America'.


Todo está relacionado. Aunque haya jugadores, como el Gran Perro, que hagan comentarios obscenos sobre algunos de sus compañeros, todo pertenece al juego de Hollywood. Es Mohamed Alí diciendo barbaridades sobre George Foreman. Eso vende, pero el verdadero Shaquille es el del coche, el que le da la mano al utillero camino del vestuario y el que le regala 200 dólares al mopa por haber ido a hacerle un recado. Magic es brillante cuando se picaba con Bird y cuando se pone la camiseta de su universidad para ser el primero en aplaudir. La humildad es inherente al trabajo bien hecho y a la calidad intrínseca de un individuo, aunque haya máscaras de por medio. Después siempre te encuentras con un Ron Artest de la vida, pero en Europa empieza a haber demasiados 'rones artest'. No hay que olvidar nunca las raíces y saber que, cuando mil cámaras miran hacia ti, es cuando debes estar más agradecido, porque habrá mucha gente que te quiere y serás un modelo para muchos chavales.


Gracias, Magic.