viernes, 15 de junio de 2007

Casualidad, no, pura realidad


Una de las semifinales más emocionantes de la ACB en muchos años (quizá desde los tiempos del Madrid-CAI y Barça-Joventut de finales de los 80) y una final de la que se espera mucho han coincidido en el tiempo con la final de la NBA más lamentable que se recuerda. No sólo por el 4-0, sino por la cantidad de minutos que se llevaron ambos equipos sin anotar, con tanteos paupérrimos y una enorme falta de imaginación a la hora de atacar el aro.


Los Magic de Orlando ya perdieron 4-0 con los Rockets de Houston a mediados de los 90, pero hubo calidad, igualdad al alza, frescura y espectáculo. Todavía me pregunto cómo una banda como los Cavaliers de Lebron ha podido eliminar a Detroit y plantarse en una final de la NBA. Creo que tengo la explicación: mientras la ACB se surte cada vez de buenos jugadores, curtidos en ligas de mucha calidad como la LEB, la griega o la italiana, y formados en canteras potentes, la NBA ha reducido su propuesta al físico de las estrellas, al mate rápido, esa especie de 'fast food baloncestística' que te da mala digestión, y son los supervivientes del basket lógico, el del dentro-fuera, el del 'penetrar y doblar', el de jugar con el reloj y el del concepto de equipo como familia (o, por lo menos, como colegas), los que triunfan.


La victoria de San Antonio es la victoria de Europa, del basket FIBA, una vez más. Ya no es casualidad. Tres anillos en cinco años es un dato contundente. Deberían mandar una réplica del anillo a los técnicos del Kinder Bolonia, donde Manu se hizo grande, y otro a la Liga Francesa. Y el Eurobasket a la vuelta de la esquina...

viernes, 8 de junio de 2007

Quiero irme a Polonia


Estamos en la UE, pero creo sinceramente que nos lo merecemos menos que Rumanía. España es un país regido por las normas del universo futbolero y de las tradiciones católicas y sólo las entidades, asociaciones y personajillos que pululan en esos dos gremios tienen la garantía de que cualquier proyecto será organizado con una mínima seriedad.

Lamentablemente, las personas que vivimos ajenas a estos dos pilares de la sociedad española tenemos que pelearnos con la vida, darnos de bruces con la puta realidad de la mediocridad. Y hablo de la organización del Eurobasket 2007, claro. Por mucho que cacarearan que todo iba a salir bien, que los 'profesionales' de www.entradas.com estaban harto preparados y bla, bla, bla, yo sabía que pasaría lo mismo que con la final de la Copa Davis que se celebró en Sevilla: todos los favores debidos entre empresarios, políticos y gente de buen vivir se pagan con entraditas y abonitos a través de los patrocinadores, que son los que dictan sentencia.


Así, traté de conseguir dos abonos para la fase final y, obviamente, la paginita web de marras se colapsó de 9:59 a 10:45 horas y, cuando logré penetrar en la maraña de despropósitos, ya se habían agotado (sic). Y pasó lo mismo con los de Sevilla, que de repente se ha convertido en una ciudad muy entendida y muy interesada en el mismo deporte al que, durante más de 100 años, han ninguneado e ignorado. Al final, me he tenido que conformar con un abono pa la segunda fase, donde la clavada ha dolido menos porque, por lo menos, son 18 partidos de máximo nivel.


Menos mal que mi querido hermano Manolo, alias er Tato, me dejará su abono pa ver a Rudo (si se recupera del golpe en la espalda), Navarro y cía hacer diabluras en el San Pablo uno de los tres días. Él también ha vivido la incompetencia de la organización en Sevilla, ya que no le dejaron elegir butaca al reservar el abono por teléfono con el privilegio de ser socio del Cajasol, a diferencia de los vivos que lo habían hecho por internet.


En fin, esperemos que el rollo ese de las entradas de 'último minuto' funcione y que realmente saquen algo a la venta a partir del 1 de agosto. Señor José Luis Sáez, Montero y demás adláteres, espabilen o la organización del Eurobasket 07 será recordada como el peor evento desde Argentina 90. Siempre nos quedará Polonia 2009...