lunes, 16 de julio de 2007

Anystar, una institución del baloncesto de barrio


Existe un equipo amateur y amado por los verdaderos apasionados de nuestro deporte que tiene su sede en las canchas más añejas y desvencijadas de la ciudad de Huelva. Existe una ilusión imperturbable, con camino de ida y vuelta para algunos, entre un grupo de elegidos para la gloria ciega, la que no se ve, la que se forja cada semana en pistas anónimas que sólo ven la luz, si acaso, en dos líneas de breve de periódico local o comarcal.

Me siento orgulloso de pertenecer a un grupo simpar de prohombres que, con altibajos y aturdidos por los azotes de los nuevos tiempos, en los que prima el individualismo y la tecnología, ha logrado ser referente del básket onubense. Se trata de ANYSTAR. Ya en su propio nombre puede entreverse la filosofía de Damián Ortiz, Migue, Pedrito, David, Mike, 'Largo', Naveira y compañía, liderados por un agitador incomparable, un personaje necesario en estos tiempos de desidia, hastío y miedo a las relaciones sociales. Me estoy refiriendo a Manuel Olivares, alias 'Lolo', ese fajador de los aros que, con los años, se ha fabricado una muñequita curiosa que se activa sólo en los momentos más calientes.

Olivares se deja todos los meses unos cuartos en teléfono móvil para aglutinar a los últimos jinetes del Apocalipsis baloncestístico. Por el camino se quedaron 'Lejoro', 'Arlauckas', Fernando, Pichardo y un largo etcétera. Yo mismo tuve un momento de crisis, acuciado por las responsabilidades laborales, algún que otro 'Michael Jordan de la vida' que faltó al respeto al mandamiento imperturbable de ANYSTAR de 'Lo importante es jugar intenso y divertirse...', y hostigado por el sobrepeso.

Pero he vuelto. Ahora que vivo en Sevilla y he sufrido a los chiclosos jugones del Plantinar, que no te pasan la bola ni a tiros, estoy deseando que llegue el sábado para incorporarme de nuevo a la institución en un lugar tan clásico para nosotros como Punta Umbría. Aportaré mi granito de arena, saldré a tirar, daré algún que otro pase acertado y me esforzaré en defensa al máximo (bajo el yugo de mis xxx kilos de peso), con la motivación que supone jugar al lado del guerrero Olivares.

Participé en la charla cibernética con Pepu Hernández en los Encuentros de 'elmundo.es', me contestó a unas cuantas preguntas y habló de piña y de sinceridad entre los propios jugadores dentro de la cancha. Yo ya he vivido eso. En cada pachanga 'sanpablera', en cada partido del Patronato, noto ese 'feeling' con Olivares y percibo su influencia en el entorno: los compañeros se hacen más fuertes; Damián acierta más desde el 6,25 y postea con acierto; Migue defiende mejor; David se convierte en Lucio Angulo en sus mejores tiempos; y yo me doy cuenta de que soy otro cuando juego con mis colegas de cancha de los últimos diez años.

En Santiponce practico otro deporte, el 'Exin Basket', el 'Pim, pam, pum, fuego' quizá. En Huelva, tal vez idealizada desde la distancia, somos lo más parecido a la selección española en cuanto a motivación, altruismo y juego para el equipo. Equilibrio entre la entrega en defensa y el protagonismo repartido en ataque sin la presión añadida de tener que anotar para ver bola de vez en cuando.

Estoy deseando que Damián y Lolo, el dúo dinámico, la pareja más unida desde Malone y Stockton, saquen a la luz el libro sobre ANYSTAR, que debería ser publicado en papel cuché, con portada de cuero y letras de oro al ser único en su especie. Me encantaría usar la literatura y cualquier medio de comunicación a mi alcance para difundir entre los jóvenes los valores que he encontrado en este equipo, que sigue vivo gracias al interés de Abbot y Costello, de esta suerte de científicos locos que me han hecho creer, realmente, que no estoy solo en este mundo. Creo que habría que cambiarle el nombre al equipo, Lolo. Tendría que llamarse 'TOO MUCH STARS', porque realmente me siento estrella en él. Todos nos sentimos estrellas dentro de una constelación única, en la que, si desaparece alguna, resurge otra con fuerzas renovadas. La verdadera Osa Mayor, el telescopio del baloncesto onubense, historia de pequeñas vidas que, a golpe de coraje y perseverancia, guardan un rincón para meterla en ocasiones extraordinarias.

Porque extraordinarias son siempre las pachangas con vosotros. Hubo momentos de tensión, de pique (soy igual de competitivo que tú, pero más lento), incluso de enfrentamiento (acuérdate del balonazo en la espalda en la cancha del Molino), pero tú sabes que me esfuerzo como pocos para dejar de ser Jon Koncak y convertirme en Dan Defensor.

Siempre pensé que jugar a 200 puntos era una locura, pero ahora me vanaglorio de ser de los pocos que lo hacen. Y lo bien que sienta meter la canasta decisiva cuando te has entregado entre amigos. Recuerdo especialmente un 100-97 que te gané en el Lorca con un tiro lateral. De las pocas veces que te he ganado en un 1 vs. 1 a 100 puntos.

En definitiva, que hay que mamar con ANYSTAR y sus integrantes (ese Mike intenso con sus tiros inverosímiles a tabla), con su mentalidad, con sus estadísticas (campeón de la Liga de Punta varias veces; campeón del Patronato en múltiples ocasiones) y su legado inmortal. Sólo un pero: después de participar en varios títulos (creo que cuatro o cinco) en nueve años, no tengo un solo trofeo y creo que ya me toca...

Y PARA TERMINAR, EL GRITO DE GUERRA: "PA TÍ, PA TÍ". Yo diría como Del Nido: "Contadle a vuestros familiares, a vuestros amigos, a los compañeros de trabajo, qué se siente al pertenecer a ANYSTAR. Clamad orgullosos vuestra condición de miembros de 'ANYSTAR'. Y lo mejor, está por llegar".