martes, 11 de enero de 2011

La importancia de los tiros libres


Plantarse en una rayita. Dar dos, tres o cuatro botes. Respirar hondo. Brazo derecho en forma de 'T', acompañado por la mano izquierda como apoyo certero. Y 'swisssh', pa dentro. Cinco segundos para la gloria o el fracaso.


Esto parece fácil, pero hay una mochila repleta de cansancio, presión y desacierto que pueden hacer que el balón no penetre por el aro, sino que se salga fuera. La suerte de los tiros libres dieron ayer la primera victoria de la Liga Maxibasket al CB Itálica, que doblegó al CB Olivares por tres puntos (40-43). Curro Villodres, hombre fibroso y penetrador lateral excelso, demostró su carácter y carisma metiendo los dos últimos libres a falta de un segundo para el final. Hasta llegar ahí, la historia del partido fue larga y dura.

El conjunto pajartillero se aclimató como pudo a las inclemencias del tiempo (jugar al aire libre con una humedad terrible en dos campos diferentes) y logró llevar la iniciativa en el marcador prácticamente durante todo el partido, con ventajas de entre cuatro y seis puntos, merced a la solidez en el rebote de las Torres Gemelas Edu Osorio y Luisfer Perea, que también hicieron un roto a la escuadra olivareña en ataque. Osorio, aquejado de un fuerte constipado, se convirtió en un martillo pilón desde la línea de tiros libres, mientras que Luisfer aprovechó su manita para lanzar desde el perímetro, ayudado por la muñeca de seda de Manu Medina y la aportación lateral de Armando, que también se fajó en defensa. La zona pajartillera sólo hizo aguas en las primeras jugadas. En cuanto se ajustó, el Olivares fue incapaz de derribar ese muro, ese Tente con piezas perfectamente engarzadas desde el que se construían ataques con cabeza.


En el último cuarto, el CB Itálica gozó de su máxima renta, nueve puntos, a través del uso del contraataque, la dirección de Victor Guirado (oxigenando a Manu, que pasó a jugar de escolta), la omnipresencia de Curro y Edu en el rebote defensivo y en la línea de libres y el apoyo de los obreros Francisco Javier 'Rubio', Núñez Barral, Fernando 'Xabi Alonso' y García Conejo. El entrenador olivareño, incontinente verbal, realizó un cambio defensivo, al que las huestes pajartilleras respondieron a la perfección: contra la defensa individual, puerta atrás entre Guirado y Osorio de libro y contragolpes continuos basados en la velocidad del mago Manu, de Curro y de Luisfer.


La presión ulterior del CB Olivares surtió efecto y fueron capaces de enjugar los nueve puntos de desventaja hasta empatar el partido a falta de 20 segundos para el final del encuentro con un juego bronco en los límites del reglamento. Pero un viejo dicho baloncestístico dice que una remontada no se culmina hasta que el equipo que va perdiendo se pone un punto por delante. Y no ocurrió. Y el posible drama final dio paso a la algarabía pajartillera, en la que Núñez se echó encima de Rubio, se abrazó con Conejo y gritó como un animal en la oscuridad de la noche. Casi todos acabamos en el bar de cabecera para celebrar la victoria. Sólo tres peros: hay que mejorar el porcentaje de tiros libres, lanzar más y mejor de fuera ante una defensa en zona y entrenar la salida de la presión a todo el campo. Pero ahora somos líderes de la Liga Maxibasket 2011. Y vamos a disfrutarlo, al menos hasta la semana que viene. Este equipo tiene mimbres suficientes para hacer algo grande en esta competición dorada y, si la química sigue fluyendo, podemos acabar siendo los Butler Bulldogs de la Maxibasket.