miércoles, 19 de diciembre de 2007

18 años sin Fernando Martín


Tenía todos los atributos de un líder nato: carisma, intensidad, fuerza, técnica, coraje... Y su fallecimiento, el 3 de diciembre de 1989, dejó huérfano al Real Madrid, a la selección y a los aficionados al baloncesto. Nunca olvidaré cómo recibí la noticia: estaba sentado en la camilla haciendo los deberes de 1º de BUP cuando comenzaron las noticias en Canal Sur, con aquella presentadora tan atractiva que presentaba La Jugada y, posteriormente, Reporteros (ahora no sé dónde anda). Ella fue la que dijo las terribles palabras: "El jugador de baloncesto Fernando Martín ha fallecido en accidente de tráfico...". No pude reprimir las lágrimas y me fui corriendo al salón para darle la noticia a mi madre, que le estaba haciendo un vestido a Paqui, la primera novia de mi hermano, en la mesa de corte y confección que habíamos instalado en el comedor. Y luego, el vacío. El silencio. La nada.


Reflexionando sobre estas casi dos décadas, podemos afirmar que Fernando Martín, de la mano de Lolo Sainz y Díaz Miguel, fue precursor del básket moderno. Con su altura, corría perfectamente el contraataque y tenía una complexión física y una intuición del juego que le permitía salirse fuera de la zona para lanzar de vez en cuando. Su talón de Aquiles, los tiros libres. Mítica era su forma de protestar a los árbitros, con aquel gesto torcido, casi de infante que pierde a su madre o de niño pequeño al que le quitan la piruleta.


Todavía tengo grabado en una cinta BETA un poema que le dedicó Ramón Trecet en 'Cerca de las Estrellas'. Venía a decir algo así: "Tú, con tu dulce soga al cuello, ahora te encuentras más cerca de las estrellas... Que nunca". Antonio sentía el mismo amor por el baloncesto (y un tiro de tres a lo Garbajosa), pero nunca llegó a epatar como lo hizo Fernando. Quizá por ser el primer jugador español en entrenarse con el torso desnudo en Central Park y luchar por un rebote con Tom Chambers, Abdul-Jabbar, Jack Sikma y Karl Malone.


De rostro impertérrito, esculpido en roca, era de las pocas personas en las que voz y cuerpo van de la mano, como una auténtica sinfonía (pensemos en Clark Gable, Juan Carlos Navarro o el líder de las Comunidades Neocatecumenales de los Dolores). Nunca olvidaré el partido que jugó el Real Madrid, unos días después del trágico suceso, ante el Paok de Salónica. Entre lágrimas, los compañeros y amigos de Martín sacaron una garra inédita para hacerle el mejor homenaje al ídolo caído, ganando de paliza al conjunto griego con la camiseta del '10' y un ramo de flores en el banquillo (aquel abrazo de Lolo Sainz y Llorente... De lo más emotivo que he visto en una cancha junto con las lágrimas de Alberto Angulo tras ganar a Lituania en cuartos del Eurobasket 99).
No creo que en el cielo haya internet (no habrá conexión), pero que sepa todo tu entorno que los aficionados (y neófitos también debido a su relación sentimental con Ana Obregón) seguimos echándote de menos y que contaremos aquellas batallas legendarias con Audie Norris; aquellos 'play offs' a muerte contra los Epi, Solozábal, Jiménez, Sibilio y compañía; y aquellos ganchos a tablero tras rebote ofensivo rabioso, a las generaciones venideras. 'Youtube' y tu hijo Jan, que juega en el filial del Madrid (y que parece que nunca llegará a tu nivel), se encargarán del resto. Al igual que Gasol, Calderón, Garbajosa, Navarro y demás jugadores de otro planeta, dejaste una huella imborrable en nuestros corazones.

miércoles, 12 de diciembre de 2007

Ricky Rubio, el jugador total


Tiene cejas pobladas como Macario, pero nadie se ríe de él. Anda un poco desgarbado, casi sin cuello (como otro prodigio, el díscolo Fernando Alonso), con las calzonas por los tobillos y con un rostro que nunca refleja ni sufrimiento ni alegría ni desasosiego ni cansancio. Sólo concentración e intensidad.


Pude ver de cerca al fenómeno Ricky Rubio el pasado sábado en el San Pablo y, en unos pocos minutos, dio un clinic de pase, tiro, dribbling y defensa. El posible número 1 del draft de 2009 tiene 17 años y empezó a jugar en la ACB a los 14, con lo que tiene ya mucha más experiencia que otros nuevos valores (mayores que él) como Víctor Claver o Sergi Llul. Y tiene en su haber la canasta más decisiva y espectacular de la historia de la selección española: el tiro en suspensión desde el centro del campo que le dio la prórroga (y la victoria ulterior) a España cuando Rusia ya celebraba el oro del Eurobasket ¡CADETE! de 2006 en Linares con unos números de otro planeta.


Puede jugar (de verdad, Lolo) en tres posiciones, pero quizá su mayor virtud sea la capacidad de penetrar y doblar y su capacidad innata para robar balones y forzar faltas en ataque. Y la cabeza de jugador maduro por obra y gracia de sus padres. Me imagino a Ricky convirtiéndose en Ricardo los lunes por la mañana al entrar en el instituto. Ligará tela, sobre todo porque habrá compañeras suyas barrillosas que tengan un póster de Ricky en la carpeta. Y el profesor de Educación Física, dejando un rastro sospechoso de baba, le dirá que cuente batallitas de la ACB en clase y le pasará la mano en el Test de Cooper.


La sociedad Ricky-Rudy va a darle grandes alegrías esta temporada al Joventut y puede que ese dúo mágico vuelva a darse en la NBA, aunque actualmente Ricky es suplente de Rudy la mayor parte del tiempo. Estamos ansiosos por ver cómo se deselvuelve el Cyrano de Bergerac del básket con Felipe, Navarro, Calderón y compañía en la selección española sénior. Esperemos verle brillar en el país del Sol Naciente.

miércoles, 14 de noviembre de 2007

La verdad sobre Alberto Cuevas


Durante muchos, muchos años, he pensado que mi mejor triunfo baloncestístico fue el dos contra dos que ganamos mi hermano Manolo y yo a José Javi y a su primo Óscar en aquel maravilloso verano del 88 (una dulcísima revancha tras la inolvidable paliza recibida, 36-2, en la añorada cancha de albero de Los Dolores). Con el paso del tiempo, jugué un una contra uno contra el intenso Olivares y le gané con un tiro lateral de cinco metros y medio (100-97), otro triunfo que se encuentra por derecho propio en el 'top five'. Ha habido partidos entrañables -como el de la despedida de soltero-, pero una de las victorias más grandes que he logrado ha sido que en una oficina de Triana, un sevillista acérrimo como Alberto Cuevas Caneo -en la imagen- hable de básket y se interese por el básket.

Este espécimen, criado en los arrabales de Constantina en el buen vivir, buen beber y buen comer, comenzó siendo para mí un martillo pilón del chascarrillo, la broma fácil, el chiste de mal gusto, la prepotencia de bastón, gomina y golpe de pecho... Un sevillano marcado por el estereotipo, vamos. Sin embargo, con el paso del tiempo, me he dado cuenta de que Alberto, el 'Tuchi', es de esas personas que nunca te dejarán tirado si tienes un imprevisto. Un buen compañero que tiene que enseñar los dientes para hacerse respetar en este mundo de víboras.

Hay que mirar más allá de la boca de buzón, del amarillo de la cerveza y del verde de sus comentarios sexistas. Yo he podido ver la emoción en sus ojos con los títulos del Sevilla FC, pero también la he visto cuando le contaba mi experiencia en el Eurobasket, cuando rememoraba el fallo de Pau o cuando hablaba con 'Yova' de la Semana Santa. Si miras más allá y no te quedas en la superficie, hallarás un oceáno donde la belleza de los corales puede más que la negra tinta del calamar.
Todos tenemos máscaras para relacionarnos con el prójimo. Unos más callados, otros en plan 'heavy', algunos siguiendo el lema 'La mejor defensa es un buen ataque'... Por eso, hay que apartar los árboles para poder vislumbrar el bosque de Cuevas, que ya está repleto de la imparable plaga del deporte de la canasta.
Sé que mañana volverá a meterse con la ría de Huelva, Fertiberia y el Recreativo. Sé a ciencia cierta que volverá a llamarme portugués, a vacilarle a la santa Elena y a llamarle Dominguín a Luis Manuel. Sé incluso que bordeará a Carmencita con lo de 'rubia de bote'. Pero también sé que es el único de toda la oficina (en realidad de todas las personas que he conocido desde que empezó ésta, mi segunda etapa en Sevilla) que se ha ofrecido a jugar conmigo a baloncesto, que para mí significa mucho (sobre todo sin gustarle demasiado y sin haber tocado un balón desde hace por lo menos 10 años). Que un futbolero como él se olvide por un momento de Kanouté y me pregunte por Gasol o me mande un SMS (no le cuesta dinero, eso sí) hablando de Sergio Rodríguez es una mano tendida, un abrazo sin brazos, una soledad compartida entre tanto penalti y tanto 'Lopera, vete ya'.
Si ven alguna vez a este hombre, no le juzguen a la primera. No tomen en cuenta sus salidas de tono. Ni siquiera sus guarrerías. Simplemente sepan que detrás de la máscara de la juerga hay una persona sensible y altruista que quiere salir a la luz. Pondremos las bombillas que sean necesarias y reajustaremos la realidad para hacer un óptimo seguimiento a este inolvidable personaje.

martes, 13 de noviembre de 2007

El hijo de Dios


Se llama Jeffrey Jordan, pero no es Michael. Sólo he visto una fotografía de él, pero la pinta que tiene es la de un jugador del montón, aunque espero que haya heredado al menos el carácter ganador de su padre. Uno de los vástagos del mejor jugador de la historia debutó la pasada noche con la Universidad de Illinois.


No fue precisamente el partido soñado ante los 16.618 espectadores que poblaron las gradas del Assembly Hall en Champaigne. Su padre, se lo perdió, seguramente porque sabía que Juanita, su ex mujer que le pide más de 150 millones de dólares por el divorcio, iba a estar en las gradas. Apenas jugó tres minutos en la segunda parte y pagó la novatada propia de un freshman (jugador de primer año). La gran pregunta es si también penetra hacia canasta haciendo burla.


Podríamos escribir un tratado sobre 'los hijos de' y casi siempre las comparaciones son odiosas. Acuérdense de David Brabender, base discreto que pasó por equipos como Fuenlabrada o Gran Canaria y nunca pudo quitarse el lastre de la leyenda de Wayne, uno de los precursores del baloncesto en nuestro país bajo el ala sabionda de Díaz Miguel. Tirador excelso, Wayne Brabender fue, junto con Clifford Luyk, el primer extranjero nacionalizado de nuestro básket y realizó diabluras en la cancha, incluida la famosa victoria ante la URSS en las semifinales del Eurobasket de 1973, cuando las diferencias eran abismales.


Qué decir de Andrea Meneghin. Hijo del mítico Dino Meneghin, se formó en la cantera del Pallacanestro Varese, debutando en 1990 en el equipo que también vio brillar a su padre dos décadas atrás. Era un escolta de 2 metros, que incluso podía jugar de base dado su buen manejo de balón. 1999 fue su gran año. En compañía de otros jugadores, como el puertorriqueño Daniel Santiago o sus compatriotas Giacomo Galanda y Gianmarco Pozzecco, llevó al Pallacanestro Varese a ganar la LEGA (Liga italiana), algo que no sucedía desde 1978. Además, para redondear el año, ganaría con la selección italiana el oro en el Eurobasket 99, venciendo a España en la final. En el año 2000 fichó por el Fortitudo Bolonia, donde jugaría dos años. No tuvo mucha suerte y en 2002 volvió a Varese, donde problemas con las lesiones llevaron a retirarle prematuramente en 2005. En la actualidad, es entrenador asistente del Pallacanestro Varese.


Gonzalo Martínez en el Estudiantes sigue dando guerra, equipo donde milita el hijo de otro histórico, José Manuel Beirán, que formó parte de la selección de plata de Los Ángeles. Beirán júnior pinta bien y es de los pocos casos en los que el alumno superará seguro al maestro. El que lo tiene crudísimo es Jan Martin, vástago del añorado Fernando Martín. Se encuentra actualmente en el filial del Real Madrid y va convocado con el primer equipo (¿será porque su tío Antonio es el director deportivo de la sección de básket blanca?), pero le queda mucho por mejorar si quiere acercarse a la mitad de lo que fue su padre, al igual que el primogénito de Arvydas Sabonis, un rubio barrilloso que milita actualmente en las filas del Unicaja de Málaga.


Es la crueldad de tener un padre mítico. Pasa en otros ámbitos de la vida, como el hijo de Raphael, que tiene un grupito del que nadie recuerda su nombre, o Paquirrín, quizá el caso más paradigmático. Y pasará con Jeffrey Jordan, que soñará con meter canastas imposibles sobre la bocina y con ser tan determinante que hasta tus propios compañeros parecen mejores de lo que son en realidad. Que se lo pregunten a Buchler, BJ Armstrong o a Bill Cartwright. No sé si algún día el hijo de Larry Bird dírá sobre Jeff: "Hoy Dios se ha vestido de Jordan". Que vaya rezando.
Otra reflexión que me invade al contemplar a Jeff Jordan es que el tiempo pasa inexorablemente y que nos estamos haciendo viejos poco a poco. Parece que fue hace dos días cuando Mike sentenció a Malone y Stockton con la mejor jugada de su dorada carrera y ya está en la cancha el mocoso Jordan. Cómo hemos cambiado...

lunes, 22 de octubre de 2007

El largo adiós


Gracias por brindarme una semana inolvidable. Por el VIPS y los paseítos. Por 'La Panza es primero' y por los viajes en el túnel del tiempo del metro madrileño. Por el chuletón del Abrasador y por la foto del Ángel Caído. Por ese pasillo interminable y las chocolatinas suizas de madrugada. Por el bocadillo de calamares y el Alpe D'Huez hacia el Arena. Por la batería del Sony Ericsson y el manual de 'Cómo ligar en dos minutos'. Por la magia, por las conversaciones irrepetibles sobre la historia de nuestro deporte, por todo.


Al jaranero 'Pupi' y al Catedrático del Basket.

Toro Salvaje


Lo interesante es imaginar lo que estaba pasando de pecho para abajo. No, el toro de gomaespuma no me estaba cogiendo la minga. Sólo me pegó un puñetazo en la boca del estómago. Dan fe Juanma González y Alfonso, que se divirtieron de lo lindo ese día.

Oda a la afición griega


Siempre he criticado la violencia de la hinchada griega en baloncesto. Cabe recordar los lanzamientos de botellas, monedas y sillas en Salónica (Epi, Sibilio y Norris dan fe) o las amenazas a aficionados de otros países o equipos. Sin embargo, este Eurobasket revelador me ha reconciliado con ellos, con su magia, impuesta a golpe de ritual tribal. Pone los pelos de punta cuando todos dan la espalda a sus jugadores, agarrados, botando sin cesar y cantando una especie de mantra incunable. Junto a los lituanos, fueron los únicos que animaban sin cesar durante el partido, desde el calentamiento hasta que se iba el utillero gordinflón. Suerte de marea azul, caras pintadas, capas, tambores, banderas... Los dioses deben estar contentos, aunque se quedasen a las puertas de medalla.


La instantánea es un ejemplo de comunión entre dos culturas, dos países, dos pasiones y dos filosofías de basket: la diosa griega que me roza empezó y acabó con una sonrisa, a sabiendas de que lo importante es disfrutar del camino y de que los cámaras de La Sexta estaban locos por ella. El onubense rellenito se ilusionó como siempre y estuvo una semana en plan autista porque la puñetera canasta se salió del aro en un espectáculo dantesco de birlibirloque. Y, mientras, Helena 'Ojos Azules' regresó a Mikonos con su maromo disfrazado y con la certeza de que siente verdadera devoción por las penetraciones de Papaloukas y Diamantidis. Yo, por mi parte, me enamoré de Calderón, volví a Santiponce y recordé que, hace unos años, bajábamos la cabeza tras ser eliminados en cuartos o en la liguilla. La venganza se convertirá en un cuento chino.

Un verdugo de otros tiempos


Retrospección: Solozábal sube el balón y ordena jugada; Epi corta por la zona, recibe, finta y sufre un gorrazo de Tachenko. Contraataque de color rojo intenso. Valters lleva la hoz y Kurtinaitis, el martillo pilón. Final del encuentro. La URSS gana a España 112-76 (sic).


Rimas, contemplado en toda su humanidad y sin bigote, impone un respeto ancestral. Su muñeca prodigiosa, valedora de muchos títulos, se une ahora a su carácter ganador en los banquillos de Lituania. A diferencia de Obradovic, fue él quien me echó el brazo por encima y no al revés. Fue lo más cerca que me quedé de oler a Sabonis. Pero Rimas es una leyenda viva de este "puto deporte que tanto me gusta", como diría otro mito (éste de las canchas de madera, hierro y jaramagos) llamado Olivares. Rimas, el gran poeta de la cesta, comprobó el cálido sabor del bronce, mientras otros teníamos una mala digestión de plata. Huelva y Vilna se dieron la mano en una imagen para la historia: la mano obediente y adusta del admirable baloncesto soviético versus la manita que no se rinde ni en el Estrada, ni en el San Pablo, ni siquiera en el Plantinar.

Estertores del Eurobasket Vol. II


En mi discurrir por los tiempos muertos de las jornadas maratonianas de los octavos de final del fatídico torneo del pasado verano, me di de bruces con el colega Zeljko. El seis veces campeón de la Euroliga accedió a posar con Paco Núñez (joder, ya habló de mí en tercera persona, como Aída) en plan 'perdonavidas', como se puede apreciar en la foto. ¿O quizá sufría una depresión por el batacazo supremo que se había dado Serbia en el 'Euro'? No, posiblemente sean las camisas que le hace ponerse su mujer en homenaje sentido a Sonny Crocket. Bueno, en cualquier caso, es lo más cerca que he estado de sentir el espíritu de Petrovic (fue campeón del mundo como jugador al lado del genio de Sibenik en Argentina 90, junto a los Savic, Kukoc, Radja, Divac, Perasovic y compañía en el último título de Yugoeslavia antes de la Guerra de los Balcanes) y de rozar con la yema de los dedos esa garra perdida en el baloncesto de salón de la actualidad.

Pequeño gran base


Sí, amigos. Ése rubiales con pinta de cantante de OT es, nada más y nada menos, que Rafa Jofresa, el hombre que más partidos ha jugado en la historia de la ACB durante más de 20 años de excelsa carrera. Viéndole de cerca, parece que está para jugar y, en un uno contra uno, quizá podría imponer mis kilos, porque, como véis, es de mi altura. Son los estertores del Eurobasket Volumen I.

jueves, 27 de septiembre de 2007

Bocas, boquitas y bocazas


"Nos ha salido el peor partido en dos años", Berni Rodríguez dixit.


"Por una canasta no vamos a ser peores que nadie", Willy, de LaSexta, dixit.


"Tenemos la mejor selección del mundo", Pepu dixit.


"Creo que el tiro tenía posibilidades", Pau dixit.


"Defendimos la última jugada contra Argentina y nos salió bien", Calderón, preguntado por qué demonios no hizo falta a Holden, dixit.


"Quiero volver a sentir en el CSKA de Moscú lo que sentí con mi selección en Madrid", Kirilenko dixit.


"No estoy para discursos", Pepe Sáez, al término de la final, dixit.


"Creo que la final de la próxima Olimpiada será España-Estados Unidos. Y estará igualada", Rolando Blackman dixit.


"Soy el único base de 1,93 que ha tenido, tiene y tendrá el baloncesto español", Montero dixit.


"Sin Pau Gasol somos mejores", Laura Villanueva dixit.


"Jugaremos la final contra Rusia, que es la única selección que puede hacernos frente", Juanma González dixit (09-09-07).


"¿Esto del Eurobasket donde se juega, en España?", Juan Carlos Villa dixit.


"Tengo que reconocer que me he enganchado al baloncesto", Alberto Cuevas, sevillista acérrimo, dixit.


"No me preocupo por nada. Cuando Gasol me pague la hipoteca, entonces me preocuparé", Luis Villanueva dixit.


"¡Eeeeeehhh! Venga niño, venga niño, venga niñoooo... ¡Tiro a tablóóóón!", Emilio José dixit.


"No sabemos jugar finales apretados", Manolo 'Tato' Núñez dixit.


"Cuando vi la cara de Gasol, me pregunté: ¿Qué le ha pasao? ¿Es que se le ha muerto alguien?", Oliva Barral dixit al poner La Sexta justo después del fallito de marras.


"Las finales tienen que jugarlas los mejores. No hay rotaciones que valgan", Manuel Ruiz Rojas dixit.


"Sergio Rodríguez se estancará si no vuelve a Europa", Pepe Laso dixit.


"La final contra Rusia me recordó la de 1973, con Brabender y Luyk", Vicente Salaner dixit.


"Uoooooo, uoooooo, uooooo", Ismael dixit.
"Echo de menos el sufrimiento que nos brindaba la selección", Paco Núñez dixit antes de la tragedia, claro está.
"Te reconozco que no he visto muchos partidos", Patricia dixit.
"Esperemos que los rusos sólo sean buenos haciendo ensaladilla", Aurora Lazo dixit.
"Kirilenko es una mezcla de Iván Drago y el de Érase Una Vez la Vida", Ismael dixit.
"¡¡Arribaaaaa!! ¡¡Arribaaaa!! ¡¡Arribaaaa!! ¡¡Arribaaaa!!", Suso dixit.
Me detengo sobre todo en la frasecita de Montero. Como podéis comprobar en la imagen, este hombre tiene pinta de no haber superado todavía el tapón de Vrankovic (que, por cierto, estaba en Madrid). Y es que, ¿cuánta gente le habrá echado en cara que tenía que haberla metido para abajo? En fin, tenía que reivindicarse el hombre ante un aficionado jaranero como yo, que le dijo: "Fuiste el primer base alto de la historia del basket hispano". Y él me corrigió, claro: "Y el único". Toma ya... Y, ahora que lo pienso, con esa altura bien podía haber machacado aquella canasta, ¿no?

jueves, 20 de septiembre de 2007

Congelar el instante


En ocasiones, nuestra mente desea vivir y revivir momentos tan felices que deberían quedarse para siempre en un marco dentro de la pared del cerebro. Otras veces, hubieras deseado congelar el instante de un hecho eternamente para no tener que presenciar las consecuencias o, simplemente, el fatídico desenlace.


Me he quedado patidifuso hoy, cuando entro en marca.com, como todos los días, hurgo un poco en las fotos oficiales del Eurobasket 2007... Y me encuentro con esto. La congelación de un segundo maldito para el que no estábamos preparados y la prueba inequívoca de que 'Paco was here'. Sï, amigos, después de muchos dimes y diretes y comeduras de coco, después de haber estado en Madrid una semana y haber visto sólo las semis en Santiponce, algo en mi interior me dictaminó que tenía que regresar para vivir un hecho histórico. Sí, lo fue. Pero de la historia negra de nuestro baloncesto, como la canasta de Christian Welp en 1993; el triple fallado por Margall ante Australia en los cuartos de final de Seúl 88; el tirito de tres que se cascó Mike Smith (que no tocó ni aro) ante sí, sí... ¡Rusia! en el Eurobasket de Barcelona 97; la oportunidad perdida en Atenas 2004 por culpa de Mario Pesquera al sentar siete minutos a Garbajosa en el último cuarto y olvidarse de Yebra e Iturbe; el fallo de Calderón en el último segundo ante Alemania en las semis de hace dos años en Belgrado... Demasiados antecedentes de mal agüero.


Como iba diciendo, allá que nos fuimos Laura y yo en el AVE de las 18:00 horas a vivir un domingo de gloria bendita. Si ganaba España, pasaríamos la noche en vela más llevadera de la historia, ya que no podíamos presentarnos en casa de mi amigo Juanma a las tres de la mañana tras las celebraciones que nunca existieron. Y cogíamos el AVE de vuelta a las 6:30 horas y, a las 9:30... ¡A currar de vuelta de vacaciones, nada más y nada menos!


En cuanto llegamos a Atocha (20:25 horas), se palpaba el ambiente de las grandes citas: el gentío, ataviado de rojo pasión, se revolvía en las estaciones de metro con dos únicos destinos: el Palacio y Plaza Colón. Me llegaron a ofrecer dos entradas para la final por 600 euros, pero ya me había gastado 500 en los dos abonos anteriores más la comida en Madrid, etc, etc... Así que decidimos ir directamente al epicentro de la fiesta.


Cogimos un sitio magnífico (como se puede apreciar en la foto) y comulgamos con una afición más entregada allí que en el Palacio, por lo que pude comprobar luego en el vídeo. No faltaban los litros de alcohol corriendo por las venas de la muchachada. "¡¡Animad, coñoooo!! ¡Viva Españaaaaaaa!", gritaba un chaval gallego que llevaba once cubatas pal cuerpo. "¡Hazme una foto, una fotoooo, fotógrafo hijo de puta!", gritaba un grupito de niñas enloquecidas y maleducadas por la presencia de los medios, importándoles un pimiento que el globo de la EÑE se estuviera pinchando poquito a poco.


Pasaban los minutos y la gente se agolpaba en torno a un escenario más propio de un concierto de Hombres G que de un equipo que estaba dando un recital de rock duro en la cancha. Bebíamos agua, nos abrazábamos, me comía las uñas, me sentía presa por momentos de algún objetivo ávido de captar el drama, soportaba los gritos inhumanos en mi oído de algún madrileño bestiajo... No paraba de pensar: "¡Qué suerte hemos tenido! ¡Qué buen sitio hemos cogido para vivir una celebración inolvidable!".


Ése fue mi error y el de toda España. En mi caso, creía ciegamente que íbamos a ganar contra viento y marea por el carácter ganador del grupo en momentos difíciles. Pero Gasol perdió el balón decisivo, Berni no salió a marcar a Holden, Calderón cayó en la finta y el churro se convirtió en porra. Y llegamos al momento de la foto. He visto una instantánea que recoge el momento en el que el balón estaba dentro del aro. He soñado que grito, pero de alegría, porque el cuero traspasa la red. He visualizado que tocamos a los héroes desde nuestra posición privilegiada y cantábamos juntos el himno de Queen...


Lástima que Laura no salga en la foto. Su imagen también era la de la tragedia, llevándose las manos a la cara. Tras un prolongado silencio, los jóvenes comenzaron a irse del lugar. El animador reconoció que los jugadores no iban a ir a la Plaza Colón y los que veníamos de fuera esa noche sentimos que habíamos tirado nuestro tiempo y nuestro dinero. Pero, ¿y si la pelotita hubiera entrado? Había que apostar por estos chicos después de tantos años de quedarnos en la fase plataforma del orgasmo.


Eran las 0:00 horas y la parte buena era que podíamos irnos a casa de Juanma a dormir unas horas antes del lánguido regreso a casa. Estoy deseando que llegue la Olimpiada para quitarme este partido-pesadilla de la cabeza. Lo mejor será echar una pachanga esta noche con los zombies de Santiponce.

lunes, 17 de septiembre de 2007

El tiro de la verdad


En muchas ocasiones he sentido la adrenalina del tiro de la verdad (para Lolo, el triple). Ajustas la concentración, haces un bloqueo, pides el balón, lo botas un poco y se te abren varias opciones de repente: "Penetrar y hacer una bandeja; penetrar y tirar un lanzamiento a tres metros en suspensión; driblar y lanzar de tres; driblar, atraer a dos defensores y doblarla a un compañero en el último segundo...". Y tienes que tomar una determinación a velocidad de vértigo. Unas veces sale bien y otras no tan bien.


Cuando la metes y llegas a 20 puntos (o a 40 o a 60 o a 120) en una pachanga en el San Pablo, el subidón es curioso. La satisfacción del logro en equipo y de sentirte importante, respetado, dentro de un grupo. La alegría del trabajo bien hecho con las palmaditas de los amigos como premio incomparable. Cuando la fallas, piensas que, al fin y a al cabo, has hecho un poco de deporte, has departido con los colegas y luego te has tomado un Sandevid la mar de a gusto.


Más o menos eso se le pasó por la cabeza a Pau ayer por la noche. Muchos caminos, una decisión a 120 pulsaciones por minuto. Y con la responsabilidad de quedar bien ante todo el continente, ante una afición convenida y poco pasional que siempre será mejor que esos advenedizos con gafas de sol que no son bienvenidos en el deporte de la canasta, por mucho que José Luis Sáez se empeñe.


El baloncesto se mama en la calle, en las canchas de albero y red rota. En un polideportivo renqueante de Villanueva de la Serena y en las pistas 'underground' de Málaga capital. En el viejo Magariños y en las canastas marciales de Torrejón de Ardoz. Y ese amor por el juego que les hizo, nos hizo, campeones del mundo está muy por encima de adláteres que no pagan un duro por sentarse en los mejores sitios y que están más preocupados por la copa del descanso que por los tiros libres que esta fallando España, clave en nuestra derrota de ayer.


Ayer... El pasado hoy está muy presente. Nunca había visto un partido (y habré visto miles de encuentros en mi vida) en el que toda la enjundia quedara tan fuertemente plasmada. La miel del tiro que entra llorando y la dura hiel, la corona de espinos del lanzamiento que se sale de dentro. Y todo en 10 segundos. Los rusos no tenían nada que perder y por eso afrontaron los últimos minutos en plan kamikaze. Los españoles llevaban semanas con el oro colgado del cuello por culpa de ese maldito entramado de marketing (prensa, ojeadores, asesores, publicistas, patrocinadores, compromisos sociales, intereses políticos y demás paparruchas que no tienen nada que ver con el juego) que se han empeñado en crear alrededor de una piña de gente sencilla.


No quiero que la sofisticación de la Fórmula 1 ni del tenis llegue al baloncesto. No quiero almodóvares ni gente guapa en mi deporte. Eso queda muy bien en los boxes de Ferrari y McLaren, para hacer más llevadera la monotonía de las carreras (por algo dejé de jugar al Scalextric). Los periodistas también tenemos culpa de esta plata quemada. Y, sobre todo, los idiotas que rigen los grandes medios de comunicación. ¿A qué alto ejecutivo (o no tan alto) se le ocurrió que Mariano Rajoy debería de escribir de basket? ¿Quién es el lumbreras que le propuso a Felipe que escribiera un diario en MARCA, como si fuera Espido Freire? ¿Y a Calderón en EL MUNDO? ¿Y a Cabezas en LA OPINIÓN DE MÁLAGA? ¿Y los mensajitos de móvil de Berni y Mumbrú? ¿Y el rodaje de tantos anuncios? ¿Y las visitas a los enfermos? ¿Y las entrevistas diarias del cansino Montes a Pau a la hora de la siestas, cuando todos sus compañeros ya descansaban? ¿Y las atenciones continuas a los fans que siempre pululaban por el hotel, día tras día? Fotito, autógrafo, palmaditas... Vamos, la primera parte de Rocky III. La pérdida del ojo del tigre ante tanto papel de celofán y vaselina.


Si los hubiéramos aislado de ese entorno tan dañino que yo viví muy de cerca durante nueve días, las meigas habrían dictaminado que el baloncito pegase tres botecitos en el aro y acabara entrando. Porque los horarios han sido de locos (jugar todos los días a las 21:30 horas por culpa de cierto payaso que dirige cierta televisión) y algunos jugadores han tenido insomnio durante todo el torneo. Por un lado, me ha gustado que La Sexta retransmita todo el Eurobasket. Lo que ya me gusta menos es ese autobombo insoportable. A partir de ahora, la llamaré 'La Secta'.


Y el buen rollo entre jugadores y cuerpo técnico está bien... Pero hasta cierto punto. Cuando un entrenador tiene que sentar a un NBA, pues lo sienta. No pasa nada. Era curioso ver ayer a un técnico y a otro. Mientras Pepu hacía de hermanita de la caridad con su principal estrella, Blatt le metía un broncazo en la oreja al americano que juega con Rusia. Sí, sí, el mismo que metió el tirito a lo 'Tim Hardaway' que no olvidaremos nunca.


La importancia del tiro de la verdad. El horror. El miedo. La injusticia. La temeridad. La ansiedad. Los complejos. El temblor de piernas... Para hacer un buen papel en la próxima Olimpiada, España tiene que volver a los orígenes, alejarse del glamour de los focos y las canchas de charol con butacones de discoteca de lujo para regresar al cemento, a los aros deformados y al espíritu burlón, morboso, del juego en sí mismo.


jueves, 6 de septiembre de 2007

Viviendo la magia del Eurobasket 2007


Echaba de menos el sufrimiento que nos deparaba nuestra selección en los últimos 20 años... Hasta ayer. El ambientazo en el San Pablo era brutal, un cúmulo de sensaciones que corrían desde la belleza serena de las letonas que me rodeaban en el fondo norte (algunas acompañadas de bebedores de vodka profesionales) hasta la visión real de ese 'Mini Yo' que es Andrés Montes.


La derrota ante Croacia hay que entenderla como un toque de atención. Viene bien para bajarle los humos al departamento de márketing, que quiere exprimir la tontería de la ÑBA -en conciliábulo con el Marca- hasta límites insospechados. Nada de 'Eñemanía'. Somos la selección española y, como tal, en nuestro DNI va forjado el sufrimiento, auqnue sea de vez en cuando. Demasiadas canastas falladas debajo del aro, demasiados triples errados, malas elecciones de Pau, cabezonería de Pepu con las variantes de defensa en zona...


Hubo falta a Rudy en el último segundo (lo vi bastante cerca, porque España atacó en nuestro fondo en toda la segunda parte), pero ya no importa. La primera derrota en dos años debe servir para salir en el próximo encuentro con el cuchillo entre los dientes, sea quien sea el rival. Han sido tres días de locura maravillosa. He cumplido el sueño de ver en vivo a España en un torneo internacional, pero esto no termina aquí. Esta tarde cojo el AVE pa Madrid para empaparme de octavos de final. Tres partidos al día, desde las cuatro de la tarde hasta las doce de la noche. Y espero volver embriagado de gloria...

martes, 14 de agosto de 2007

La canasta de celuloide


Parece que un actor de Hollywood tiene que dedicar su plano personal a perderse en antros de vicio y perdición, casarse y divorciarse de manera compulsiva y visitar de vez en cuando alguna que otra clínica de rehabilitación. Sin embargo, existe un grupúsculo no tan reducido que prefiere llevar una vida sana y practicar penetraciones de otro tipo. Es el caso del deseado Leonardo Dicaprio, que hasta hizo una peli con bastante enjundia con el baloncesto como protagonista (Diario de un rebelde, 1995) con el título original The basketball diaries.

Mucho más vehemente era la interpretación del 'coach' Nick Nolte en Ganar de cualquier manera (1994), filme que ahondaba en la parte oscura del baloncesto universitario, las manipulaciones, los chantajes emocionales y el dinero como antídoto de las emociones (recordar a un lacónico y delgadísimo Shaquille O' Neal con Penny Hardaway como compañero en el equipo de la película y en el Orlando Magic de la época). Nolte es la excepción que confirma la regla, demostrando que el alcohol de Palm Beach es compatible con el cinco contra cinco.

Hablando de mentores con personalidad, memorable fue el papel de Samuel L. Jackson en Coach Carter (2004). El filme está inspirado en la vida real del controvertido entrenador de baloncesto Ken Carter, que en su segundo año en el Instituto Richmond de California, y con un equipo imbatido con 13 victorias, decidió que sus jugadores no jugarían los siguientes dos partidos y en su lugar estudiarían para los exámenes trimestrales por el bajo nivel académico que tenían.

Dicaprio, Nolte y Jackson se unen a dos pillos del mundo actoral americano en su devoción por el deporte de la canasta: Woody Harrelson y Wesley Snipes, que no necesitaron dobles para protagonizar Los blancos no la saben meter (1992), metiéndose de lleno en el playground de apuestas, pistolas y dólares. La vida sigue siendo maravillosa para Snipes, que continúa saltando con rebote incluido en la saga Blade.

Pero hay dos referencias básicas en la canasta de celuloide y ambas coincidieron con la época dorada de la NBA hecha carne en Magic, Bird, Jordan, Ewing, Barkley, Drexler, Dr. J, Wilkins, English, Thomas y Abdul-Jabbar. Hablamos, of course, de Teen Wolf, De pelo en pecho (1985) y Hossiers, más que ídolos (1986). La primera es la enésima representación del sueño americano con el eterno adolescente Michael J. Fox demostrando que la individualidad (peluda o no) en la cancha no sirve de nada (que aprenda el 'ex-wolf' Kevin Garnett).

La segunda es, posiblemente, la mejor película que se ha hecho nunca sobre basket, con actores vigorosos y visos de drama de altura. Sólo hay que recordar el elenco: Gene Hackman, Barbara Hershey, Dennis Hopper... Una oda al baloncesto profundo, de tableros de madera y público entregado. Tampoco hay que olvidar Una mala jugada, de Spike Lee, descubriendo a Ray Allen.

Hay otras pelis menores como Eddie (1996) con Whoppie Goldberg como surrealista entrenadora de los Knicks o Air Bud (1997) con Perro 'Robinson' como estrellita. Otros títulos canasteros son Hoop Dreams, El Sexto Hombre, Space Jam, Amor y baloncesto, Camino a la gloria, Una tribu en la cancha, Una pandilla de altura (con su secuela), etc... Y desde aquí, pido una peli de basket para Scott Speedman, protagonista de Underworld, que se recorrió Estados Unidos con su coche parando en todas las canchas que se encontraba por el camino y jugando con los habitantes del lugar. ¡Eres mi ídolo, Hombre Rápido!

viernes, 10 de agosto de 2007

Marketing de oro


Gasol se afeitó la barba y todos bailamos ya la canción de Estopa con la típica sonrisa de juerga de fin de semana. Alrededor de la selección se ha creado una nube de acciones de marketing que quieren vender el producto de la 'eñemanía' de manera casi virulenta (José Carlos debe tener ya una úlcera por cómo se ha propagado el término 'ÑBA' que tanto odia) a pocos días del comienzo del Eurobasket cañí.


Lo cierto y verdad es que el baloncesto se respira en La Sexta y, sobre todo, en la prensa escrita, pero este seguimiento no tiene su traslación a la calle. El pabellón de Santiponce, a pocos kilómetros del templo de San Pablo donde Rudy hará los primeros 'alley hoops' serios, sigue siendo un pobre páramo al que sólo le falta la bola de paja rodando, como en 'Infierno de Cobardes'. Parece que en cualquier momento va a llegar el 'Predicador' con su sombrero caído mirando de forma desafiante. Parte buena: tengo un pabellón cubierto con seis canastas todito para mí, para entrenar el tiro cual Petrovic en Sibenik. Parte mala: el baloncesto es un deporte de equipo que no podemos practicar yo y mi sombra.


El otro día vinieron dos chavales de menos de diez años y uno ¡DE CINCO AÑOS! interesándose por esto de la canasta (sic)... Acabé jugando una bombilla con ellos (lamentable, como diría José Carlos). Además, este finde no voy a Huelva, porque me visitan mis colegas Juanma y Esteban (aprende, Justo), así que faltaré a la Homilía semanal de Lolo, Migue, David, Damián y cía.


Por cierto, enhorabuena a todos los que hacemos posible 'Anystar' por ese partidazo de cuartos de final, en el que perdimos sólo de un punto con los júniors de oro (yo no pude jugar porque José Carlos cometió el error de casarse). Puñetero arbitraje (perdóname, Esteban). En fin, que quiero ser profeta del basket en la tierra de Itálica, pero aquí sólo se habla del Centenario del Betis y de lo bien que se lo pasa uno en las playas de Huelva los fines de semana (sí, amigos sevillanos, Matalascañas TAMBIÉN es una playa onubense, aunque no os entre en esa cabezota prepotente y os empeñéis en formar atascos todos los viernes y domingos).


Sólo me faltan siete días para coger vacaciones y dejar de levantarme antes que los gallos (6:30 horas). Aunque luego me pueda levantar a las 11:00 horas o así, el resto del día seguiré soñando con el oro y con conseguir una entrada para la final de Madrid...


NOTA: Como se me ha olvidado el e-mail de Lolo, aprovecho para pedirle desde aquí a él y a Damián unas fotillos de Anystar para ilustrar el artículo anterior. UN ABRAZO.

lunes, 16 de julio de 2007

Anystar, una institución del baloncesto de barrio


Existe un equipo amateur y amado por los verdaderos apasionados de nuestro deporte que tiene su sede en las canchas más añejas y desvencijadas de la ciudad de Huelva. Existe una ilusión imperturbable, con camino de ida y vuelta para algunos, entre un grupo de elegidos para la gloria ciega, la que no se ve, la que se forja cada semana en pistas anónimas que sólo ven la luz, si acaso, en dos líneas de breve de periódico local o comarcal.

Me siento orgulloso de pertenecer a un grupo simpar de prohombres que, con altibajos y aturdidos por los azotes de los nuevos tiempos, en los que prima el individualismo y la tecnología, ha logrado ser referente del básket onubense. Se trata de ANYSTAR. Ya en su propio nombre puede entreverse la filosofía de Damián Ortiz, Migue, Pedrito, David, Mike, 'Largo', Naveira y compañía, liderados por un agitador incomparable, un personaje necesario en estos tiempos de desidia, hastío y miedo a las relaciones sociales. Me estoy refiriendo a Manuel Olivares, alias 'Lolo', ese fajador de los aros que, con los años, se ha fabricado una muñequita curiosa que se activa sólo en los momentos más calientes.

Olivares se deja todos los meses unos cuartos en teléfono móvil para aglutinar a los últimos jinetes del Apocalipsis baloncestístico. Por el camino se quedaron 'Lejoro', 'Arlauckas', Fernando, Pichardo y un largo etcétera. Yo mismo tuve un momento de crisis, acuciado por las responsabilidades laborales, algún que otro 'Michael Jordan de la vida' que faltó al respeto al mandamiento imperturbable de ANYSTAR de 'Lo importante es jugar intenso y divertirse...', y hostigado por el sobrepeso.

Pero he vuelto. Ahora que vivo en Sevilla y he sufrido a los chiclosos jugones del Plantinar, que no te pasan la bola ni a tiros, estoy deseando que llegue el sábado para incorporarme de nuevo a la institución en un lugar tan clásico para nosotros como Punta Umbría. Aportaré mi granito de arena, saldré a tirar, daré algún que otro pase acertado y me esforzaré en defensa al máximo (bajo el yugo de mis xxx kilos de peso), con la motivación que supone jugar al lado del guerrero Olivares.

Participé en la charla cibernética con Pepu Hernández en los Encuentros de 'elmundo.es', me contestó a unas cuantas preguntas y habló de piña y de sinceridad entre los propios jugadores dentro de la cancha. Yo ya he vivido eso. En cada pachanga 'sanpablera', en cada partido del Patronato, noto ese 'feeling' con Olivares y percibo su influencia en el entorno: los compañeros se hacen más fuertes; Damián acierta más desde el 6,25 y postea con acierto; Migue defiende mejor; David se convierte en Lucio Angulo en sus mejores tiempos; y yo me doy cuenta de que soy otro cuando juego con mis colegas de cancha de los últimos diez años.

En Santiponce practico otro deporte, el 'Exin Basket', el 'Pim, pam, pum, fuego' quizá. En Huelva, tal vez idealizada desde la distancia, somos lo más parecido a la selección española en cuanto a motivación, altruismo y juego para el equipo. Equilibrio entre la entrega en defensa y el protagonismo repartido en ataque sin la presión añadida de tener que anotar para ver bola de vez en cuando.

Estoy deseando que Damián y Lolo, el dúo dinámico, la pareja más unida desde Malone y Stockton, saquen a la luz el libro sobre ANYSTAR, que debería ser publicado en papel cuché, con portada de cuero y letras de oro al ser único en su especie. Me encantaría usar la literatura y cualquier medio de comunicación a mi alcance para difundir entre los jóvenes los valores que he encontrado en este equipo, que sigue vivo gracias al interés de Abbot y Costello, de esta suerte de científicos locos que me han hecho creer, realmente, que no estoy solo en este mundo. Creo que habría que cambiarle el nombre al equipo, Lolo. Tendría que llamarse 'TOO MUCH STARS', porque realmente me siento estrella en él. Todos nos sentimos estrellas dentro de una constelación única, en la que, si desaparece alguna, resurge otra con fuerzas renovadas. La verdadera Osa Mayor, el telescopio del baloncesto onubense, historia de pequeñas vidas que, a golpe de coraje y perseverancia, guardan un rincón para meterla en ocasiones extraordinarias.

Porque extraordinarias son siempre las pachangas con vosotros. Hubo momentos de tensión, de pique (soy igual de competitivo que tú, pero más lento), incluso de enfrentamiento (acuérdate del balonazo en la espalda en la cancha del Molino), pero tú sabes que me esfuerzo como pocos para dejar de ser Jon Koncak y convertirme en Dan Defensor.

Siempre pensé que jugar a 200 puntos era una locura, pero ahora me vanaglorio de ser de los pocos que lo hacen. Y lo bien que sienta meter la canasta decisiva cuando te has entregado entre amigos. Recuerdo especialmente un 100-97 que te gané en el Lorca con un tiro lateral. De las pocas veces que te he ganado en un 1 vs. 1 a 100 puntos.

En definitiva, que hay que mamar con ANYSTAR y sus integrantes (ese Mike intenso con sus tiros inverosímiles a tabla), con su mentalidad, con sus estadísticas (campeón de la Liga de Punta varias veces; campeón del Patronato en múltiples ocasiones) y su legado inmortal. Sólo un pero: después de participar en varios títulos (creo que cuatro o cinco) en nueve años, no tengo un solo trofeo y creo que ya me toca...

Y PARA TERMINAR, EL GRITO DE GUERRA: "PA TÍ, PA TÍ". Yo diría como Del Nido: "Contadle a vuestros familiares, a vuestros amigos, a los compañeros de trabajo, qué se siente al pertenecer a ANYSTAR. Clamad orgullosos vuestra condición de miembros de 'ANYSTAR'. Y lo mejor, está por llegar".

viernes, 15 de junio de 2007

Casualidad, no, pura realidad


Una de las semifinales más emocionantes de la ACB en muchos años (quizá desde los tiempos del Madrid-CAI y Barça-Joventut de finales de los 80) y una final de la que se espera mucho han coincidido en el tiempo con la final de la NBA más lamentable que se recuerda. No sólo por el 4-0, sino por la cantidad de minutos que se llevaron ambos equipos sin anotar, con tanteos paupérrimos y una enorme falta de imaginación a la hora de atacar el aro.


Los Magic de Orlando ya perdieron 4-0 con los Rockets de Houston a mediados de los 90, pero hubo calidad, igualdad al alza, frescura y espectáculo. Todavía me pregunto cómo una banda como los Cavaliers de Lebron ha podido eliminar a Detroit y plantarse en una final de la NBA. Creo que tengo la explicación: mientras la ACB se surte cada vez de buenos jugadores, curtidos en ligas de mucha calidad como la LEB, la griega o la italiana, y formados en canteras potentes, la NBA ha reducido su propuesta al físico de las estrellas, al mate rápido, esa especie de 'fast food baloncestística' que te da mala digestión, y son los supervivientes del basket lógico, el del dentro-fuera, el del 'penetrar y doblar', el de jugar con el reloj y el del concepto de equipo como familia (o, por lo menos, como colegas), los que triunfan.


La victoria de San Antonio es la victoria de Europa, del basket FIBA, una vez más. Ya no es casualidad. Tres anillos en cinco años es un dato contundente. Deberían mandar una réplica del anillo a los técnicos del Kinder Bolonia, donde Manu se hizo grande, y otro a la Liga Francesa. Y el Eurobasket a la vuelta de la esquina...

viernes, 8 de junio de 2007

Quiero irme a Polonia


Estamos en la UE, pero creo sinceramente que nos lo merecemos menos que Rumanía. España es un país regido por las normas del universo futbolero y de las tradiciones católicas y sólo las entidades, asociaciones y personajillos que pululan en esos dos gremios tienen la garantía de que cualquier proyecto será organizado con una mínima seriedad.

Lamentablemente, las personas que vivimos ajenas a estos dos pilares de la sociedad española tenemos que pelearnos con la vida, darnos de bruces con la puta realidad de la mediocridad. Y hablo de la organización del Eurobasket 2007, claro. Por mucho que cacarearan que todo iba a salir bien, que los 'profesionales' de www.entradas.com estaban harto preparados y bla, bla, bla, yo sabía que pasaría lo mismo que con la final de la Copa Davis que se celebró en Sevilla: todos los favores debidos entre empresarios, políticos y gente de buen vivir se pagan con entraditas y abonitos a través de los patrocinadores, que son los que dictan sentencia.


Así, traté de conseguir dos abonos para la fase final y, obviamente, la paginita web de marras se colapsó de 9:59 a 10:45 horas y, cuando logré penetrar en la maraña de despropósitos, ya se habían agotado (sic). Y pasó lo mismo con los de Sevilla, que de repente se ha convertido en una ciudad muy entendida y muy interesada en el mismo deporte al que, durante más de 100 años, han ninguneado e ignorado. Al final, me he tenido que conformar con un abono pa la segunda fase, donde la clavada ha dolido menos porque, por lo menos, son 18 partidos de máximo nivel.


Menos mal que mi querido hermano Manolo, alias er Tato, me dejará su abono pa ver a Rudo (si se recupera del golpe en la espalda), Navarro y cía hacer diabluras en el San Pablo uno de los tres días. Él también ha vivido la incompetencia de la organización en Sevilla, ya que no le dejaron elegir butaca al reservar el abono por teléfono con el privilegio de ser socio del Cajasol, a diferencia de los vivos que lo habían hecho por internet.


En fin, esperemos que el rollo ese de las entradas de 'último minuto' funcione y que realmente saquen algo a la venta a partir del 1 de agosto. Señor José Luis Sáez, Montero y demás adláteres, espabilen o la organización del Eurobasket 07 será recordada como el peor evento desde Argentina 90. Siempre nos quedará Polonia 2009...

viernes, 25 de mayo de 2007

Partidos igualados


Últimamente vivo en tensión, con la permanente tensión de un partido igualado. Es como si el tiro desde el mediocampo entrara y, justo después de la celebración extasiada, el árbitro invalidase la jugada por estar fuera de tiempo. Es como una montaña rusa, como los Real Madrid-Pamesa de cuartos de final, una gomilla continua que no sabes cuándo va a romperse. Supongo que así es la vida y no soy el único que tiene momentos en la cúspide y momentos de alcantarilla.


Y supongo que también significa vivir intensamente, para bien y para mal. Sólo espero que el tiro de mi vida bese la red dentro del tiempo reglamentario...

lunes, 21 de mayo de 2007

Preguntas sin respuesta


¿Por qué Andrés Jiménez, el baloncestista español que más mundiales de baloncesto con la selección y uno de los héroes de Los Angéles 84, no tiene ni calle, ni plaza, ni glorieta, ni estatua en Carmona?


¿Por qué el oro de Japón no ha tenido repercusión en la calle, en la práctica del básket de barrio, como la tuvo la plata de Los Angéles?


¿Por qué Joan Plaza tiene esa cara de estreñido si el Madrid está haciendo su mejor temporada desde Lolo Sainz?


¿Cuándo veremos a Navarro como un asiduo en las 10 mejores jugadas de NBA EN ACCIÓN?


¿Cuándo veremos a Rudy hacerle mates en la cara a Duncan, a Stoudamire o a Shaquille?


¿Por qué los jugadores de baloncesto, tanto profesionales como amateur, tenemos fama de blandengues, si es un deporte de mucho contacto que cansa más que el fútbol?


¿Qué fue de Vinny del Negro? ¿Sigue en activo o puso una tienda de armas en Long Island?


¿Qué podríamos hacer para crear una cátedra de baloncesto donde se pueda estudiar a los maestros clásicos (Magic, Brabender, Dalipagic, Petrovic, Óscar Schmidt, Corbalán, Bird, Epi, Sabonis, Belov, Abdul-Jabbar, Magnifico, Jordan, Chamberlain...) y a los modernos (Ginóbili, Duncan, Wade, Bryant, Gasol, Garbajosa, Navarro, Papaloukas, Diamantidis, Smodis, Lebron, Nowitzki, Nash...)?


¿Por qué TVE maltrata al baloncesto y mima al tenis y a las motos? ¿Acaso es comparable el carisma y las espectaculares jugadas de los Gasol, Raúl López, Splitter, Navarro, Cabezas y compañía con las payasadas de ese niñato malcriado llamado Jorge Lorenzo?


¿¿POR QUÉ, EN LA ERA DE LA GLOBALIZACIÓN, SÓLO SE PUEDEN COMPRAR CAMISETAS DE LA ACB POR INTERNET O EN LA TIENDA OFICIAL DE CADA EQUIPO??

Una napia de muchos quilates


Dicen que la gente que tenemos la nariz grande podemos alardear también de miembro. Y algunos, como Manu Ginóbili, jugador de San Antonio Spurs, también puede presumir de ser uno de los mejores baloncestistas del planeta, una categoría que hace todavía más meritoria la victoria de España frente a Argentina en las semifinales del Mundial de Japón.


'ManuDona' es un crack, un malabarista del balón que es capaz de anotar 33 puntos saliendo del banquillo. En 20 años, estos ojos nunca han visto a ningún sexto hombre de ese talento, de esa perseverancia por la bola. Penetra con una rapidez inigualable, una explosividad brutal, y lanza a canasta con una zurda de oro (olímpico). Después de dos anillos de la NBA, Manu quiere ser protagonista absoluto del tercero pese a los marcajes, a veces leoninos, que le endosan.


Dos argentinos, un francés, un islavirginiano, un holandés, Leñador Bowen y poco más han conseguido formar un grupo sólido y sin fisuras que, con cuatro sistemas, rompen las obcecadas defensas de la NBA. Si Duncan está sobremarcado, no problemo: tenemos a la artillería formada por Finley, Ginóbili, Bowen, Horry, Barry y Parker. Saben correr, saben jugar en estático, saben penetrar y doblar... Y un entrenador-sargento que no les deja nunca dormirse en los laureles.


Al final, la guarrería de Horry y las malas artes de Leñador causaron el efecto deseado: descentrar el cerebro de Steve Nash. Los Spurs de Popovic recuerdan a la Yugoeslavia de Petrovic o a la Grecia de Yannackis y Gallis, una suerte de mezcolanza entre la calidad técnica, la superioridad mental, el mayor rendimiento bajo presión y el estiramiento de las reglas más allá de lo permitido. Eso sí, con un baloncestista total del siglo XXI llamado Emmanuel Ginóbili que es fiel reflejo de la hegemonía actual del baloncesto FIBA sobre el de la NBA. En otra vida quiero ser el protagonista de Rocky VII, conocer a Elvis, componer una canción como 'Love of my life' o 'Bohemian Rapsody' y penetrar a canasta como el gran Manu. Seguro que Lolo no me pondría tapones tan fácilmente...

jueves, 17 de mayo de 2007

Tambores de guerra a la vista


Aunque mi corazón está y estará siempre en la vieja Onuba, me gustaría dedicarle un post al club que, hasta el próximo día 22 de mayo, coloca la ACB más cerca de Huelva: el Caja San Fernando. Entre TV y pabellón, habré visto unos diez partidos y sólo me convenció contra Pamesa y Unicaja. A los Ignierski, Videnov, Price y compañía les falta cohesión, garra, espíritu de equipo... Esa voluntad de sacrificio de hacer las ayudas en el momento preciso, esa concentración para no cometer estupideces cuando vas ganando de 20, esa comunión con la afición que se ve en otros equipos...

Suenan tambores de guerra en el Caja y todo apunta a que, para la temporada que viene, no quedará ni el apuntador. Cazorla fuera, Carles Marco fuera, Balmon a la calle, Steve Smith dejará de mirarle el culo a las guapas sevillanas y... ¿Price también? Ahí está la duda y parece que, ahora mismo, tiene pie y medio fuera del Cajasol.

El director deportivo tiene una ardua tarea de reconstrucción y, para que no sea tan traumática, habría que atar a Antonio Bueno y motivar a Videnov. Femerling parece que se queda, pero a mí nunca me ha gustado. Por lo demás, harían falta fichajes de calidad, hechos a base de talonario, y después una serie de bregadores que se peguen sin complejos con los Felipe Reyes, Scola y cía.

Y también tenemos la encrucijada del 'coach'. ¿Vale Moncho López para la campaña de transición o tiramos de un entrenador con más experiencia? Y si hay que mirar lejos de la piel de toro, se mira. Ahí están los resultados del Pamesa con el griego Katsikaris, midiéndose hoy en play offs al Madrid en el sitio que le tendría que haber correspondido al Caja.

Hay que saber usar la goma (el tira y afloja) para que no vuelva a pasar lo de Alexander, un ejemplo claro de que el Caja necesita rigor en sus planteamientos y profesionalidad en sus labores directivas. Cualquiera no vale para presidente de un club de baloncesto. Estamos hablando de profesionales de una Liga que es la mejor del mundo después de la NBA y no podemos andarnos con paños calientes con nadie.

Por último, hago un llamamiento a la afición sevillaca a que vaya a San Pablo a formar una marea verde a partir de la temporada que viene. El apoyo constante es fundamental y, si no, que se lo pregunten a los Warriors, a Unicaja o al Panathinaikos. Ésos que sólo hablan de fútbol, ésos que no aprovechan canchas míticas del baloncesto de 'playground' andaluz como El Plantinar o El Alamillo, ésos que dan de lado y ningunean a un Caja que ha sido subcampeón de la ACB dos veces, son los mismos que se gastarán 200 euros en el abono del Eurobasket sólo para figurar, porque es lo que toca hacer en septiembre (y que le den por culo a los exámenes, ¿no?), quitándole el sitio a los verdaderos aficionados de otros pueblos y ciudades.

Por cierto, reivindico solemnemente un homenaje YA para José Alberto Pesquera, el adalid del basket sevillano, el responsable de la entrada y consolidacíón del Caja en ACB y uno de los sabios de verdad de este deporte en nuestro país (no como su hermano Mario, que fue un desastre como seleccionador). Te queremos, José Alberto.

martes, 15 de mayo de 2007

PARALELA POUCH


"Paralela Pouch, Pouch!!"


"Paralela Pouch, Pouch!!"


Siempre debe haber un grito de guerra para ganar grandes batallas...

Debate sobre el Estado de las Canchas


El alcalde de Huelva, Perico Rodri, se jacta de que él fue de los primeros que se vistió de corto y tiró melones a un cesto en la prehistoria de la vieja Onuba, cuando existía el Velódromo. Bueno él y Bobby, claro. Sin embargo, en 12 años al frente del Ayuntamiento de Huelva no ha sido capaz de llenar las canchas municipales de chavales, de vida deportiva en definitiva.


El otro día me peleé (verbalmente) con el encargado de la pista de la barriada del Molino, en la nueva Onuba, porque se negaba a abrirla en domingo. Señores, el Día del Señor es el único en el que mucha gente puede practicar deporte y vamos a recordar que los polideportivos y gimnasios están cerrados. Es un silogismo muy sencillo: si las pistas son p-ú-b-l-i-c-a-s, es decir, pagadas con el dinero del contribuyente, ¿por qué no podemos hacer uso de ellas?


Si hacemos un repaso por los puntos neurálgicos del basket callejero en Huelva, el panorama es desolador: la pista de la barriada del Carmen fue quemada por unos gitanos (y hasta hoy); Los Rosales fue saqueado; los aros de Pérez Cubillas están rotos; las mejores pistas de la ciudad, situadas en el hotel Suárez (una rosquilla para esa mente pensante que debería ser lobotomizada), han servido para albergar una familia de indigentes durante meses y ahora son 'radioactivas'; los institutos están cerrados y los chavales de hoy día ni siquiera hacen el esfuerzo de saltarse una pequeña vallita, porque la Play les llama; si algún colegio está abierto, sale el guarda echándote a patadas (y la Junta tan ancha y pancha, y encima la ministra se queja de la obesidad reinante); para jugar en la Ciudad Deportiva hay que retratarse (eso si hay pista libre); y un emblema como el colegio San Pablo parece la balsa de fosfoyesos, con garrapatas extra; y en Nueva Huelva tienes que pelearte con las madres jóvenes porque llevan a sus niños a pasear por la línea de tres puntos y a echar una meadita en la zona.


Con ese horizonte, es un milagro que todavía haya gente interesada en hacer deporte en nuestra ciudad y que el Ciudad vaya a ascender a la ACB, así que, Perico Rodri, si vuelves a salir elegido, por el amor de Dios, rehabilita y cuida las canchas públicas, pon monitores que no sean perros de presa (que ayuden a jugar, que no sean diablos que te invitan a irte al bar más cercano en pantalón corto) y firma convenios con la Junta para que las instalaciones deportivas de institutos y colegios abran sus puertas los fines de semana, que no haya chavales jugándose la vida al saltar una valla alta por ejercer un derecho a ejercitarse sin tener que retratarse. Si se rompe una pierna o la cabeza, las maris y los viejos de turno (que en su vida han practicado deporte) dirán: "Claro, es que era un cafre". No, señores míos, es que TENEMOS QUE CAMBIAR EL CHIP Y DARLE A LA GENTE BUENA BUENAS COSAS, QUE NO CUESTA NINGÚN TRABAJO DESTINAR UNA PARTIDA PRESUPUESTARIA AL MANTENIMIENTO DE LAS CANCHAS Y A SU PUESTA EN FUNCIONAMIENTO (PERO DE VERDAD) EN LUGAR DE GASTARSE EL ERARIO PÚBLICO EN FUENTES Y AUTOBÚS GRATIS PARA LOS TROPECIENTOS ANCIANOS.


La tercera edad suele tener 80 céntimos diarios para montarse en el autobús urbano. Sin embargo, aunque uno pague 30 euros al mes por hacerse socio de un polideportivo, eso no garantiza nada. Como siempre hay niñatos y burracos jugando al futbito, pues a los del baloncesto que les den. Y del domingo te olvidas, of course.


¿Se han percatado de que no hay ningún onubense entre los 12 campeones del mundo? Pero sí que hay dos malagueños, un cordobés y un extremeño. Y es que hay otro modo de hacer las cosas, caray. Tampoco hace falta irse a Barcelona, Madrid o País Vasco. Sólo hay que darse una vuelta por los barrios de Málaga, Córdoba o Badajoz para probar el sabor de la buena gestión y de la salubridad que da ver a cientos de chavales haciendo deporte en la calle. Otro mundo baloncestístico es posible, amigos.

lunes, 14 de mayo de 2007

Incomprensión ante una pasión


¿Por qué es tan difícil hacerse entender? A veces creemos que conocemos a una persona y nos encontramos con un palo, con una piedra llena de resina que te provoca un batacazo supino. Dios, ¿tan difícil es que una persona sienta los detalles, que deje hacer, que ame y ceda? Amo el basket por encima de todas las cosas y siempre lo amaré, por encima de las personas, que me hacen daño cuando menos me lo espero. Sé que el sentimiento por el deporte del aro no cambiará, es más, irá a más. Cuanta mayor sea la incomprensión de mi alrededor, más me cerraré en banda hasta cumplir mi sueño de perderme por las canchas del Oeste de Estados Unidos y fundirme con los jugones del 'play ground'. Cuando me llegue la hora, me gustaría que fuera en la cancha del San Pablo, templo de sensaciones y testigo de mi record, único en Huelva (seis triples consecutivos en partido) al lado de Lolo Olivares, el único que ha sabido entender esta pasión que me alimenta y me da vida.


Yo fui de los que lloró cuando Fernando Martín nos dejó; cuando Christian Welp nos eliminó del Eurobasket de Alemania '93 con un churro de canasta en el último segundo; cuando el genio de Sibenik se fue a tirar sus 500 tiros diarios a las puertas del cielo; cuando doblegamos a la Lituania de Sabonis en cuartos del Europeo de Francia, cuando nadie daba un duro por nosotros. Yo soy de los que me quedo mirando las canastas de mi ciudad como si fueran tías macizorras, sobre todo si tienen red. Así soy y así seré. Creo que uno debe entregarse a lo que le hace feliz sin cortapisas y a mí el básket (sí, José Carlos, sí, el básket) me insufla ilusión en un mundo de putas, hipócritas, señoritos, hediondos, explotadores y mujeres manipuladoras.


Ese espíritu de superación que me transmiten los héroes de mi infancia han hecho de mí un ser peculiar, sí, lo reconozco, pero que encierra mucha verdad. Hace falta gente de verdad, camaradería y tiros sobre la bocina. Hace falta pasión y, si yo tengo mucha, tengo que canalizarla. Puedo ser excéntrico, pero nunca pusilánime ni ladino ni manipulador ni vejatorio. Trato de que las personas disfruten con un espectáculo objetivamente atractivo y conseguir la simbiosis con el entorno.


Cierro los ojos y me gustaría estar en otro sitio, muy lejos de aquí, aunque trato de sacar lo mejor del momento. El carácter se forja con la educación, los genes y las vivencias personales. Creo que en estos tres vértices ha habido aros, balones y superación personal. ¿Cómo si no mi querido hermano y yo hubiéramos ganado a los dos mejores jugadores de la Plaza de los Dolores?


Sólo te pido, a tí, ser incrédulo que estás leyendo estas líneas escritas desde la taquicardia, que seas capaz de creer, de sobrepasar los límites de las convenciones sociales, de la vitrocerámica, el vengé y los muebles del IKEA, esa nueva forma de secta que nos invade. Trasciende, sé auténtico, a lo mejor no con el baloncesto, sino con el 'skate board' o plantándole cara a ese jefe frustrado que teje explotaciones a golpe de nóminas trucadas o poniendo en su sitio a esa novia que quiere hacer de tí un puto ser civilizado.


La civilización es un conjunto de rasgos definitorios de una cultura y una sociedad. En otro tiempo, eran el cobre, la capacidad de cazar y hacer fuego o el descubrimiento de los metales. Ahora son la hipoteca, los uniformes de Zara, el purgante de internet y los desfiles, ya sean carnavaleros, políticos o culturales. ¡Abramos la mente! Reivindico el discurso de Stallone, el sueño de que el pobre púgil de barrio pueda acceder al Olimpo de los boxeadores; el sueño de que unos chavales que se llaman Juan Carlos, José Manuel, Felipe, Bernardo, Rodolfo, Marcos, Alejandro, Pablo, Jorge, Carlos y Sergio puedan ser los mejores del mundo, desafiando con creces el orden establecido.


Bueno, no sé si esto habrá servido para algo, pero por lo menos yo he sufrido mi catársis particular y ya puedo irme a la cama tranquilito. Buenas noches.


Ah! Por cierto, el de la foto es el jugador del Estudiantes Iker Iturbe, en la T4 de Madrid.

La superación del mito (I)


A veces la vida duele y mucho. Los amigos te dan la espalda, la mujer de tu vida te obliga a fregar la encimera cuando aparentemente no está sucia y te quedas fuera de un proceso de selección cojonudo por unas décimas, por unos intangibles (o porque no estás dispuesto a currar doce horas seguidas). El baloncesto, por qué no, sirve de bálsamo, de ácido acetilsalicílico cuando estás atrapado en una red, en una maraña de surrealismo.


A veces miro a Jordan, sí, el Petrovic norteamericano, el chico que perdía los partidos contra su hermano mayor en la canasta de su casa y acabó ganando seis anillos con el mayor quiebro de cintura que se recuerda en un parqué (y lo raro es que Bryon Russell no se ha retirado, sigue jugando el tío). Michael Jordan (hasta su nombre suena de manera armónica) nos ha hecho pasar momentos inolvidables a los grandes aficionados, incluido el pique con Drazen en la final de la Olimpiada 92. Es otro referente de que, si te lo propones, puedes conseguirlo todo (o casi).

De Rojas, Zalvide, Mincy y un sueño alcanzable


Llego al vetusto pabellón, renovado cada fin de semana en sus tablas renqueantes, en su parqué curtido con mil caídas de jugadores ilusionados, de prohombres adelantados a su tiempo. Guillermo me da la entrada y soy tan pequeño que todavía no puedo apreciar el valor del dinero que me he ahorrado. Era un regalo. Cajahuelva le daba a su madre entradas todos los fines de semana y yo quise presenciar aquello. Salieron los jugadores y sólo se nos escuchaba a mí y a Guille gritar y aplaudir. Era el Cajahuelva y estaba en Tercera división, algo así como el subsuelo del inframundo, pero a mí me parecían Petrovic y compañía apalizando a los rivales con sistemas divertidos: muchos triples, contraataques y buen rollo.


Corría el año 86 o por ahí y los Rojas, Márquez, Cano, Zalvide (el rocoso Javi y Perico), etcétera, ganaban los partidos con tanteos escandalosos (120-76, 104-60...) y eran la puñetera referencia. Cuando Guille y yo volvíamos al cole, intentábamos emular a Fernando Martín, Iturriaga, Epi, Villacampa... Pero eran los Rojas, Zalvide, Mincy y compañía los que teníamos más cerca, mirándonos a los ojos cuando metían una canasta meritoria o devolviendo con varias palmadas un aplauso de corazón de los cuatro gatos que nos interesábamos por aquel deporte de manzanas y canastillas.


De hecho, los rizos de Cristóbal Rojas recordaban mucho al maestro de Sibenik, al glorioso Drazen, el único que se atrevía a pararse en la línea de tres puntos en contraataque, clavar el tiro y enseñar el puño desafiante a los ultras del enemigo. Mi añorado Drazen, forjador de ilusiones, de personalidades y de envidias... Nadie como él simbolizaba al ganador 'made himself' y nadie ha vuelto a quedarse a tirar 500 tiros después de un entrenamiento con la luna y los perros callejeros como únicos testigos.


Han pasado 20 años desde aquellas mañanas de sábado en el Estrada y ahora, una vez más, tenemos el ascenso a tiro de piedra. El CIUDAD de Huelva ha sobrevivido a tempestades económicas, a luchas mafiosas, a rencillas familiares, a entrenadores ególatras, a sistemas defensivos aberrantes, al rechazo de la afición, a la cuasi-desaparición... Pero así es este equipo, este entrañable club, más duro que el caparazón de una tortuga del Caribe.


Si logramos doblegar al Manresa (recordemos, en la terna de privilegiados que han sido campeones de la ACB junto a Madrid, Barça, Joventut, Unicaja y Tau), me acordaré de Winters, de Artiles, de la impresión que me dio llegarle por la cintura a Tachenko, del revuelo que se montó con el fichaje frustrado de Volkov, de Jimmy Oliver (la muñeca humana), de Pablo Martínez, de Devin Davis, de Vilches, de Luis Barroso, de Ray Smith, de Valdeolmillos y de tantos otros que vistieron la albiazul.


Porque ya toca, porque queremos ver un Ciudad de Huelva-TAU; porque la Asociación de Amigos del Basket (enhorabuena, Lola) se lo merece; porque gente tan abnegada en su lucha por el basket como Benjamín Naranjo se lo merecen; porque todos queremos ver cómo llora Bobby abrazado a su hijo Damián ("Bajo mi prihma de visión..."); porque sí, porque en la distancia te quiero más; porque es por eso que hoy vengo a verte...

La magia de Japón


Todavía vivo de la felicidad otorgada por un grupo de chavales que decidieron desafiar a la historia y a los dioses del Olimpo y ganar una batalla épica en el Imperio del Sol. Si tenemos en cuenta que Diamantidis fue elegido el mejor jugador de la Final Four de la Euroliga, Papaloukas fue el rey Midas de la fase regular, Spanoulis juega en los Houston Rockets, Papadopoulos es uno de los pívots más cansinos y rocosos del universo FIBA, Schortsanitis es una mole con buena mano (nadie en Europa ocupa tanto espacio en la zona como él), Chavsivretas es uno de los mejores escoltas del momento y todos en conjunto forman uno de los equipos más fibrosos y carismáticos del mundo -capaces de hacer claudicar a Lebron James y demás saltadores-, el triunfo de España en Japón cobra un sabor especial.

Y todavía queda lo mejor: el Eurobasket en casita. Y lo afrontamos con los nuestros en su mejor momento individual: Navarro, máximo anotador de la ACB; Rudy Fernández, uno de los defensores y uno de los más efectivos triplistas; Cabezas y Berni, en su mejor temporada, llevando al Unicaja a la elite de Europa; Marc Gasol saliéndose en Girona y con media NBA babeando por él; Mumbrú y Felipe liderando a un resucitado Madrid que aspira a la Liga; Carlos Jiménez manteniendo el estratosférico listón defensivo que ha tenido siempre y aportando más cosas en ataque... Sólo los NBA han dado un poco la de arena. Gasol y Calderón han sido la cara amable, extraordinaria de los ÑBA en Estados Unidos. El primero manteniendo su caché como MVP del Mundial noche tras noche y con el hándicap de haber salido de una lesión importante. El segundo, elevando su nivel de juego al de los mejores 'play makers' de la competición y siendo clave en los play-offs para lo bueno y para lo malo (suyo fue el error que decapitó las aspiraciones de Toronto frente a New Jersey).

Mención aparte merecen Sergio 'Spanish Chocolate' Rodríguez y 'Garbo'. El primero ha acusado su bisoñez y se ha estrellado en la tan cacareada mejor liga del mundo, quitando aquel partido ante Denver en el que metió veintitantos puntos. El de Torrejón de Ardoz podía haber aspirado a ser 'rookie' del año, pero una penosa lesión le ha apartado de la senda de la gloria. Todos confiamos en que vuelvas a meter tus triples, que son poesía en movimiento, en Sevilla. Mucho ánimo, 'Garbo'.

En fin, que el baloncesto es mejor que el Almax, mucho más efectivo que el ibuprofeno ante tanto dolor social, ante tanta información bañada en sangre y ante tanta estupidez humana. Si 12 hombres españoles fueron el orgullo de una nación y un ejemplo a seguir en todos los foros -económico, social, empresarial, metafórico, filosófico, estético, artístico, cristiano, cultural...- de cómo conseguir una meta disfrutando por el camino, por qué no podemos explotar de júbilo el 16 de septiembre en todas las fuentes de España borrachos de victoria (y de Jameson, claro), conquistando el primer puesto en el ranking de deportes más seguidos.

Gracias, Dios, por el basket, y por este momento excelso que me has procurado vivir tras tantos años de frustración y de ser siempre la gran promesa que podía conseguir medalla y quedar quintos. Lo único que tiene ese número ahora en mi vida es 'La Quinta Estación', un grupo que nos gusta a mí y a Laurita. Ya sólo pensamos en metales y en oir el himno entre los ecos del triunfo y la gloria...