lunes, 21 de enero de 2008

La cara oculta de los campeones


Algo se intuía, pero nunca pensé que podría ser verdad. Me confirma una persona que ha convivido estos tres últimos veranos con la selección española absoluta en sus respectivas concentraciones para los dos Eurobasket y para el Mundial que Garbajosa, Berni y compañía son "unos creídos que te miran por encima del hombro y que no te dan ni los buenos días". Los peores son Gasol y Rudy, que van de estrellas, y los más humildes, Calderón y Navarro.




Esta información desmitifica un poco esa imagen que tenemos todos de grupo de amigos, de piña inigualable capaz de ganar oro tras oro (si Holden lo permite) jugando de cine y haciendo el teatro justo. Pero, cuando las cámaras se apagan, estos privilegiados se vuelven personas normales, con sus contradicciones, sus arrebatos, sus miedos, sus imperfecciones, sus defectos y sus sombras, claro.




"Gasol parece que está en otro mundo. O mejor dicho, está en su mundo". No me extraña. Hay que analizar la situación de este hombre: es un joven (todavía no tiene 30 años) que lleva ya muchos años en primera plana, sometido a muchas presiones y dando lo máximo en la Liga más exigente. Y, a pesar de lo que diga este individuo que cree conocer a nuestras estrellas, nunca se le ha visto un mal gesto ante un periodista (como un Raúl o un Fernando Alonso cualquiera). Otra cosa es que no espere ansioso las entrevistas y se lance a las multitudes como el difunto Kurt Cobain. Gasol es el único que puede creérselo por sus emolumentos, por su palmarés, por su juego y por las ganancias que reporta a todas las marcas que anuncia, como Banco Popular o las galletas Príncipe de Bekelar.




Lo de Rudy ya es más sangrante. Aunque meta 35 por partido, es un niñato que todavía no ha sido determinante en ningún título ni con su club ni con la selección. De hecho, en la final ante Rusia, se escondió debajo del ala de Gasol y Calderón, al que siempre le echaré en cara que no mirase al aro en el último cuarto con el porcentaje de 'megacrack' que llevaba.




Y pongo en cuarentena que Berni, Cabezas, Sergio Rodríguez, Marc Gasol y demás jugadorazos sean unos divos. De todas formas, tampoco creo que haya que meterse en sus vidas privadas ni indagar en sus formas de ser. Sólo les pido que sean correctos en el trato con los aficionados y con sus propios compañeros, que ganen el oro olímpico en Pekín y que sigan ilusionándonos como nadie lo hizo nunca en el deporte de la piel de toro.

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