martes, 26 de febrero de 2008

Gasolazo al final de la colina


Mientras mis compañeros y, sin embargo, amigos de Ceimagen hablan todavía sin cesar del 'Kanoutazo al final de la Palmera' refiriéndose al derbi Betis-Sevilla de Copa de la pasada campaña, yo ya he hecho mi propia adaptación: "Gasolazo al final de la colina (de las estrellas)". Los números refrendan la buena decisión tomada por los jefazos de la franquicia angelina: desde la llegada de ET, ocho victorias seguidas y a por la novena esta noche frente al jovial equipo de Sergio Rodríguez.


Pau elogia la organización que recorre de parte a parte a los LA Lakers, desde la sonrisa del utillero hasta la palmadita en la espalda del propietario, pasando por esos aficionados que se abalanzan sobre su maltrecha espalda pidiendo a gritos una foto o una firma de cualquier forma. Sólo hay que observar al equipo de preparadores físicos: uno de ellos no le quita ojo y le ha dado una tabla de ejercicios que debe hacer antes de los partidos. Como si estuviéramos en Rocky 2, el rústico entrenador sale con él a la cancha del Staples Center, le amarra los brazos y las piernas y le invita de forma contundente a realizar desplazamientos laterales, hacia delante y hacia atrás. Tiene que pasar del Robocop actual a un Nureyev de la canasta.


Los '(Phil) Jackson Eleven' han detectado el talón de Aquiles de Gasol: su lentitud en los desplazamientos defensivos y no han tardado en ponerle a un perro de presa para mejorar ese aspecto. Y él, jodido, cansado, pero encantado. No en vano Kobe no deja de echarle flores, olvidándose de su super-ego, y Lamar Odom ya se siente mejor persona. Y con el peliculero Fisher de base; Farmar poniendo una intensidad digna del 'Mike'; Turiaf haciendo los gestos contundentes que todavía le faltan a Pau; Vujacic y Radmanovic reivindicando sus apellidos y el inminente regreso del 'center' Bynum, el hombre que falló la canasta más importante de la historia de la selección española tiene ante sí una buena forma de resarcirse de ese craso error: llegar a las Finales de la NBA, ganarlas y luego, contagiar de ese espíritu ganador de máximo nivel a sus compañeros en Pekín y terminar el ciclo con un oro olímpico que terminaría por cerrar todas las heridas aún abiertas en nuestro sentimiento más patriótico.


Y ese salto de calidad defensivo que dará Pau en los Lakers le viene muy bien a su hermanito Marc, que debe coger el testigo cuando el mayor de los Gasol, cansado de tanta competición y de tanta percusión bajo los aros, se retire de la selección dentro de poco tiempo. Mientras tanto, disfrutemos de lo lindo de la interacción entre la barbucha de Pau, las cejas de Jack Nicholson y los recuerdos del 'showtime' de Magic, Worthy, Byron Scott y Abdul Jabbar, que se entremezclan con un presente ilusionante, emocionante que, como dice Santiago Segurola, reverdece los mejores laureles de esta liga con un soñado Lakers-Celtics en las Finales. Así sea.

1 comentario:

Ledem dijo...

Los lakers, no son la seleccion española. Para Pekin todavia falta algo de tiempo. Tengamos los pies en el suelo y veamos que pasa. Una cosa es ver el final del camino y otra muy diferente es ir andandolo.
Yo creo que españa NO GANARA EL ORO OLIMPICO, tampoco descarto que llegue a la final, pero no lo tengo tan claro. Una cosa que he aprendido es que los partidos de baloncesto hay que JUGARLOS, y hasta que no toque la bocina hay partido.