lunes, 1 de marzo de 2010

La luz se apaga en los últimos segundos


El Huelva La Luz perdió contra el Andorra de Alfred Julbe. Una vez más, llevó la voz cantante del ritmo, pero perdió fuelle al final, dando muestras de no saber gestionar correctamente los finales apretados. Sin embargo, hay síntomas que invitan al optimismo: el equipo se ve muy entero físicamente a estas alturas de temporada, ya que usaron el contraataque con Antonio Gómez como punta de lanza cada vez que los pívots sacaban un rebote claro; el acierto en el lanzamiento exterior y el equilibrio con el juego interior ponen de relieve a un equipo sin fisuras; y la incorporación de un jugón en estado puro llamado Howard. Le vi tan sobrado para la LEB Plata que me pareció que los tres tiros que falló fue porque se sorprendió de estar solo o de desbordar con tanta facilidad a su defensor. Y Rufián se ha dado cuenta de que en ataque debe ser la primera opción.


Dentro de muy poco, quizá ya a partir de la semana que viene, Howard debe convertirse en la principal referencia para jugarse los balones importantes, que es la confusión que actualmente tiene el Huelva: no saben dónde está el faro que les guiará a la luz de la victoria. A partir de ahora, Andre Howard es el factor determinante que debe llevar al Hueva a la lucha por el ascenso al Oro.


Mención aparte merece el veterano Julbe. Ataviado con una chaqueta retro y unas greñas dignas del mejor Tomatito, Alfred se mueve ahora por las canchas de la tercera división y no se le cae ningún anillo de su etapa al frente de uno de los mejores equipos de España de finales de los 80 y de los 90: el Joventut de Margall, Reginald Johnson, Villacampa y los Jofresa y, posteriormente, el de André Turner y Tanoka Beard. Tres finales de la Copa del Rey le contemplan y un título de este prestigioso torneo. Y el pobre tuvo que aguantar los insultos de algunos aficionados sólo por hacer parte de su trabajo, que es manipular un poco a los árbitros. La LEB Plata se pone interesante...

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