lunes, 1 de marzo de 2010

¡SUBCAMPEONES DE COPA!




Cuando se juega la Copa del Rey, hay un torneo paralelo que atrae la atención de los aficionados más pintorescos: la Copa Forera. Y allí estaba yo, un onubense representando al Cajasol de Sevilla, jugando con personajes entrañables que no conocía en un pabellón perdido de no sé qué pueblo bilbaíno. La camiseta que me dieron para jugar era una XXL de las que se usan en Etiopía, por lo que parecía una butifarra andante. En el grupo nos tocó Pamesa Valencia, Estudiantes y Barcelona.




A los valencianos les ganamos con facilidad, porque nuestro banquillo era profundo y ellos eran seis y venían mermados por haber vivido intensamente la noche de Bilbao. Después vinieron los de la Demencia, que mostraron su locura baloncestística jugando un partido muy físico y demostrando gran calidad sobre la cancha. Aún así, tuvimos dos triples para ganar: el primero lo tiré yo, salió un estudiantil de la nada y me puso un soberano gorrazo; el segundo lo tiró Ángel, porque el balón rebotado tras la chapa le cayó en las manos y sólo tuvo tiempo de elevarse en el aire y lanzar. El aro repelió el tiro de gracia. Derrota por dos puntos.




En el último encuentro de la liguilla, nos esperaba el Barcelona, casi desahuciado por haber perdido sus dos primeros partidos por más de 15 puntos. Como no tenían nada que perder, empezaron a enchufar triples y nos endosaron un parcial de 2-19. Algunos en el banquillo del 'Cajalcol' ya tenían el sentimiento del 'jugamos como nunca, perdemos como siempre'. Pero no. El esfuerzo valió la pena. Comenzamos a defender fuerte la línea de 6,25 y, en la segunda parte no nos enchufaron más 'irukoas'. Por dentro, teníamos a Luisfer, el Factor, el John Locke del equipo, nuestro Príncipe de Bel-Air particular al que alimentábamos de balones para que él las dejara suavecitas una detrás de otra. Entramos en el último minuto perdiendo de dos puntos, pero no supimos jugar tranquilos esos últimos segundos y volvimos a caer por la mínima.




En el triple empate con Barcelona y Valencia, salimos ganando y pasamos a las semifinales versus Real Madrid. En la otra, el Estudiantes daba buena cuenta del Tau Vitoria. Nosotros salimos muy enchufados y, en la segunda mitad, logramos una ventaja de 15 puntos a falta de dos minutos. Estaba hecho. Cambiamos a los buenos y casi nos estrellamos. Un parcial de 10-0 puso la cosa tensa, pero Luisfer volvió a entrar en pista y puso los puntos sobre las íes de la canasta. Ya teníamos la plata asegurada.




En la final teníamos las de perder, porque Luisfer y Rafa tuvieron que marcharse. Aún así, dimos la cara en la primera mitad. 14-17 y con ocho tiros libres fallados que nos hubieran dado una ventaja de cinco puntos bastante atractiva. En la reanudación, nos barrieron al contraataque. Y es que ya estábamos muy cascados: ¡Fueron cinco partidos en un día! ¡Desde las ocho de la mañana hasta las tres de la tarde! Al final, 17-40 para Estu-Diantes.




También hubo un concurso de triples, en el que conseguí llegar a la final. Pero el Ricky sevillano fue mucho pa mí. En definitiva, fue una experiencia inolvidable en la que el Club Baloncesto Pajartillo estuvo bien representado. Conejo estuvo muy bien cuando le dejaron ser jugador-entrenador y los demás hicimos lo que pudimos. Historia en el basket pachanguero andaluz, que no es poco.

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